Comprometidos por la energía

Carlos González Patiño EN LÍNEA

OPINIÓN

SIEMENS GAMESA

13 may 2019 . Actualizado a las 07:33 h.

El consenso mundial sobre la necesidad de la transición energética hacia una economía descarbonizada va a suponer una de las mayores transformaciones que debe afrontar nuestra sociedad en mucho tiempo. Este proceso pasa sin duda por la integración masiva de energías renovables y la electrificación de la economía (dado que no es posible el uso directo de las renovables, siendo necesaria su conversión previa en electricidad).

Red Eléctrica de España, por su posición central, tiene reservado un papel clave. Tendremos que afrontar cambios internos, que nos permitan contribuir a los grandes retos externos que necesita el sector.

El modelo actual del sistema eléctrico consiste en una generación fundamentalmente concentrada, gestionable y continua, que a través de las redes de transporte y distribución llega a unos consumidores cuyo comportamiento es razonablemente predecible. La integración masiva de renovables nos llevará hacia un modelo futuro, con generación mayoritariamente no gestionable y más dispersa en el territorio. Denominamos gestionable a aquella generación (carbón y gas natural) que se puede adaptar a la curva de demanda de los consumidores, mientras que no gestionable es aquella que hay que producir cuando se presenta el recurso (eólica y fotovoltaica), lo que no siempre coincide con la citada curva de demanda.

Son varias las claves que nos permitirán la transición entre ambos modelos.

En primer lugar, el desarrollo de las interconexiones eléctricas entre sistemas, que serán de especial interés para un país como España, que a medio plazo se convertirá en exportador de energías renovables, según las previsiones del borrador del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima.

Un segundo factor a desarrollar será el almacenamiento de electricidad, imprescindible para aprovechar excedentes de generación renovable en los momentos que se produzcan. El almacenamiento se puede realizar mediante la denominada generación hidroeléctrica de bombeo o mediante baterías, tecnología esta última aún en fase de maduración.

En tercer lugar tendremos que evolucionar hacia una gestión más activa de la demanda, dado que el consumidor, tanto industrial como doméstico, jugará un papel más relevante.

En cuarto lugar y para conseguir la integración a medio plazo de los nuevos contingentes previstos de generación renovable, será necesario el desarrollo de nuevas redes de transporte. Los tradicionales flujos de energía entre productores y consumidores están cambiando debido a la dispersión de la nueva generación y la variabilidad de su recurso. Para ajustar una oferta no gestionable e interrumpible a una demanda no tan predecible como antes, las redes de transporte deberán estar dotadas de más inteligencia y mallado, con mecanismos de gestión y automatización que permitan integrar de forma eficiente el comportamiento de todos los usuarios (generadores y consumidores), asegurando un sistema energético sostenible, eficiente y con garantía de suministro.

Culminar con éxito esta transición pasa necesariamente por el compromiso de todos, administraciones, empresas y consumidores. Entramos en un período con plazos acotados donde la planificación, autorización y construcción de las nuevas redes de transporte deberán desarrollarse a un ritmo mayor del habitual. Por ello será de especial relevancia la agilización de las tramitaciones administrativas para lograr el éxito, siempre buscando el consenso y sin detrimento de ninguna garantía administrativa y ambiental.

La lucha contra el cambio climático no tiene marcha atrás. Se trata de un gran reto donde Red Eléctrica va a poner todo su esfuerzo para lograr los objetivos que la sociedad se ha marcado. Pero estamos ante un camino que indefectiblemente debemos recorrer todos juntos.

?La lucha contra el cambio climático no tiene marcha atrás. Culminar con éxito esta transición pasa por el compromiso de todos