Haz que pase, aunque sea con Otegi

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño A CONTRACORRIENTE

OPINIÓN

Jesús Diges | EFE

04 abr 2019 . Actualizado a las 08:39 h.

Ignoro si quedará todavía algún español que tenga dudas acerca de si Pedro Sánchez será capaz o no de pactar con los independentistas catalanes, cuyos líderes están acusados de rebelión, y con los herederos de Herri Batasuna para gobernar España si le dan los números tras el 28 de abril. Pero, por si quedaba algún despistado, lo ocurrido en la Diputación Permanente del Congreso despeja cualquier incertidumbre. Después de perpetrar el esperpento democrático que supone disolver las Cortes para seguir gobernando a todo trapo y por decreto a través de un órgano de emergencia que modifica las mayorías del Congreso, Sánchez aclara las dudas al haber negociado el apoyo para sus medidas electoralistas con EH Bildu, el partido dirigido por el ex etarra Arnaldo Otegi, condenado en su día a seis años de cárcel por el secuestro del empresario Luis Abaitua. Pese a que Ciudadanos sumó finalmente su voto a favor de algunos de los decretos y se abstuvo en otros, y a que el PNV aprovechó, como es habitual, para hacer caja y desatascar transferencias, cuando el Gobierno temía quedar en minoría no dudó en suplicar a EH Bildu, cuyo voto resultaba decisivo, el apoyo a la convalidación de sus medidas. Algo que convierte a Otegi, ex miembro de ETA, en un aliado normalizado y preferente de Sánchez.

Que el Gobierno español negocie para aprobar sus decretos con un personaje siniestro que hace solo tres años admitió que el día marcado por ETA para la ejecución de Miguel Ángel Blanco, y mientras toda España aguardaba con congoja ese vil asesinato, él estaba «en la playa como un día normal», da una idea de hasta dónde está dispuesto a llegar Pedro Sánchez para mantenerse en el Gobierno.

El líder del PSOE no puede alegar, como hizo tramposamente en la moción de censura, que él no pidió el voto de los independentistas catalanes y vascos y que estos le dieron su apoyo sin diálogo o negociación alguna. «Se han pasado las últimas horas llamándonos continuamente», confiesa Otegi en referencia a las peticiones del Gobierno para obtener su respaldo en la Diputación Permanente. Orgulloso de ser cortejado por el Ejecutivo, el líder de EH Bildu se muestra muy contento de ser «decisivo», porque eso les permite ser «firmes en la defensa de la soberanía nacional del pueblo vasco».

No sabemos qué precio ha puesto el ex etarra a ese apoyo. Pero sí que el que le dieron a Sánchez los independentistas catalanes en la moción de censura se pagó, entre otras cesiones, con el acercamiento de los presos del procés a Cataluña. Y sabemos también que cuando Otegi está contento, es que las cosas no van bien para España.

Sánchez lleva tiempo blanqueando a los golpistas catalanes y los separatistas vascos porque sabe que le serán necesarios. La secretaria general del PSOE vasco, Idoia Mendía, se fotografió brindando con Otegi en Navidad. Ese brindis podría muy bien repetirse tras el 28A. Algo que sería perfectamente democrático. Pero que nadie se llame a engaño si eso sucede. Si es posible, Sánchez hará que pase.