Competir no es eso

Fernando Ónega
Fernando Ónega DESDE LA CORTE

OPINIÓN

14 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Una de las novedades de la actual precampaña electoral es la ofensiva del Partido Popular y Ciudadanos contra los decretos-leyes impulsados por el Gobierno en retirada. Prácticamente no hay día que no presenten un recurso acompañado de gran aparato eléctrico: acusaciones de electoralismo indecente, aprovechamiento de circunstancias políticas, irresponsabilidad en el aumento de gasto, etcétera. A dónde habrá llegado el asedio del centro-derecha, que un portavoz socialista ha llegado a sugerir que esas formaciones políticas están cayendo en varios delitos, entre ellos la prevaricación. Y más allá de las palabras, los resultados: PP y Ciudadanos hasta ahora se han tirado a una piscina sin agua: el Gobierno puede seguir dando sus ruedas de prensa de los viernes, porque prohibirlas sería censura; no hay ninguna norma que impida adoptar decisiones sociales, salvo que sean de manifiesta ilegalidad, cosa difícil de demostrar, e incluso el aumento del permiso de paternidad no es manifiestamente inconstitucional, como alega singularmente Ciudadanos.

Pedro Sánchez puede revestirse de intenciones y decisiones sociales, puede hacer un aprovechamiento discutible de sus ventajas, puede ser un oportunista impresentable, que sus oponentes son peores: se equivocan en su estrategia de rechazo. Los electores se encuentran ante un equipo de gobierno que encontró su frase («gobernaremos hasta el último minuto»), frente a unos aspirantes que buscan auxilios externos para combatir sus medidas. Y atención: no son medidas simplemente administrativas; son medidas de impacto, fácilmente vendibles en el mercado electoral y que dan satisfacción a muchos ciudadanos necesitados. Seguramente no se puedan financiar porque las previsiones de ingresos se han ido al garete con el naufragio de los Presupuestos, pero eso no cuenta en la recta final hacia las urnas.

Un aviso cordial para los señores Casado y Rivera: si un partido político puede presentar una imagen negativa ante unas elecciones, esa imagen negativa es ser «el partido del no», y ambos líderes, que tanto hablan y declaran, se pasan el día siendo los partidos del no. Una campaña electoral es una venta de proyectos, de oferta de soluciones a los problemas de la gente, de creación de esperanzas y de fabricación de ilusiones. Competir no es poner palos en las ruedas del que va al frente del pelotón, sino mejorar su oferta y discutir sus propuestas con razones y no con maniobras filibusteras, que son las que están haciendo. Tienen mes y medio para cambiar la orientación de su estrategia. Y algo más: menos gestos y discurso de cabreo e insinuación de conflicto y un poco más de aquello -¿recuerdan los mayores?- de «sonrían, por favor».