Cuidado, quema

Tamara Montero
Tamara Montero CUATRO VERDADES

OPINIÓN

07 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La tensión puede cortarse con un cuchillo. A veces se les escapa algún grito. Los rostros se contraen. Ha caído incluso alguna que otra lágrima de impotencia. Los ingredientes no podían ser peores: estrés, mal humor, frustración, tristeza, desesperación. Y la guinda. La ira. Todo, sazonado con una competitividad enfermiza. No hay cocción que ablande esta edición de Masterchef Junior. Los niños han sido despojados de su infancia. Se ha convertido en algo incómodo de tragar. Pica en la garganta. Cae como una losa en el estómago. Demasiado crudo. Falto de sal. O quizá es que le sobra cayena.

Han subido la temperatura demasiado. No solo a los que están en las cocinas les han robado la inocencia. ¿Cómo nutre eso a los pequeños que están al otro lado de la pantalla viendo cómo sube la temperatura en la edición más tensa? ¿Cómo explicas que una niña de ocho años esté tan presionada que acabe chillándole a su compañero porque ha perdido la paciencia?

¿Acaso no es indignante que se transmitan mensajes tan confusos como que no uses azúcar refinado, pero no pasa nada con la panela? ¿Alguien se ha parado a pensar cuál es la imagen de regalar a los niños productos tecnológicos y a las niñas muñecas? Ay, Masterchef. Te has pasado de tiempo. No se merece el nombre de edición infantil. No es apta para niños. Cuidado, que quema.