Alternativa y competencia

Xosé C. Fernández UNA INFRAESTRUCTURA VITAL

OPINIÓN

MARÍA PEDREDA

11 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Si factores exógenos no lo tuercen, a finales del 2020 Galicia debería disponer de una nueva alternativa para viajar a Madrid, la Meseta y el Mediterráneo. La prevista inauguración para entonces de la mayor parte del tramo de la línea de alta velocidad Sanabria-Ourense permitirá, Fomento dixit, unir Madrid con A Coruña en 3 horas y 15 minutos y, con Vigo, en 3 horas y 20 minutos.

No será la línea de alta velocidad esperada, pues tendrá sensibles limitaciones: 121 kilómetros de vía única (26 % hasta Ourense) entre Medina y Zamora, también a la salida de la capital zamorana y en el tramo del Padornelo. Y 14 kilómetros provisionales a la llegada a Ourense, que no ayudarán a una eficaz circulación de trenes.

Por otra parte, 48 kilómetros (el 10 % del trazado hasta Ourense) no permitirán circular a 300 km/h, como fue prometido. Asimismo, los 155 kilómetros del eje atlántico por los que circularán los convoyes hacia Coruña y Vigo tampoco facilitarán velocidades superiores a 220-250 km/h.

Aun así, los tiempos anunciados por Fomento el 3 de octubre constituyen ya una alternativa real y una firme competencia frente a los actuales modos de viajar a Madrid. Salvando el factor coste, que incidirá en una parte del mercado, por tiempos de viaje el autobús interurbano queda fuera de la competición, al igual que el vehículo particular. La competición se plantea como un duelo entre el avión y el tren de alta velocidad.

El resultado de anteriores puestas en servicio de líneas de alta velocidad para Andalucía (Sevilla y Málaga), Cataluña (Barcelona) y Comunidad Valenciana (Valencia y Alicante) denota que el uso del avión entre las citadas ciudades y Madrid se redujo hasta el 30 %, con respecto a los valores previos a la inauguración del AVE.

Galicia no debe esperar cifras muy diferentes a medio y largo plazo. Es más, en nuestro caso, la afección climatológica invernal al tráfico aéreo inclinará las preferencias hacia el tren por ofrecer mayor seguridad, a igualdad de tiempos y precios similares.

Alvedro, Lavacolla y Peinador seguirán teniendo un papel importante en los tráficos hacia la costa Mediterránea, islas y Europa, pero verán caer sus cifras con Madrid de modo paulatino hasta situarse entre el 40 y el 20 % de los actuales valores. No acontecerá así en los primeros meses, pues la sociedad necesita tiempos de adaptación y modificación de sus comportamientos.

En el momento presente desconocemos la oferta de servicios de trenes de alta velocidad, tanto las frecuencias como las tarifas, capaces de remover voluntades y hábitos. Galicia puede y debe aspirar a un servicio por hora en cada sentido y a tarifas similares a la media del sector aéreo. Veremos cuál será la oferta del sector ferroviario, que para entonces estará iniciando la liberalización del transporte de pasajeros en larga distancia.