La ciudad secreta

Tamara Montero
Tamara Montero CUATRO VERDADES

OPINIÓN

23 jul 2018 . Actualizado a las 08:17 h.

Ocurre siempre. Allí donde duerme el poder hay larvada una guerra. Ocurre siempre. No importa si es Washington, Madrid o Camberra. La mano que apuñala es la misma que estrechas. Las bombas son vídeos de vigilancia de un hipermercado cualquiera. Es una constante. El hambre en lo más alto de la pirámide nunca se sacia. Da igual la silla que ocupes. Siempre habrá alguien que sueñe con ella. No hay descanso. Allí donde duerme el poder, la sed es eterna. Seguir trepando a pesar de que hace tiempo que se terminó la escalera. Bruñir los cuchillos al ritmo de la sintonía de la serie más exitosa de La Primera. Sin mancharse las manos, acumular más poder, más influencia, más riqueza.

A veces alguien agita el avispero. Quizá se llame Zoe. A lo mejor es Harriet la que lo zarandea. Y por un momento el zumbido se hace audible. La jauría intentando despedazar a la siguiente presa. No importa. Allí donde se acumula el poder, allí se levanta La ciudad secreta. Puede que el trofeo sea tener una nueva agencia de seguridad que pisotee las libertades individuales con el miedo como bandera. Quizá sea fácil seguir el reguero de sangre que ha dejado un matrimonio en su camino hacia la presidencia. La ficción se queda corta cuando son hermanos los que se pelean. Brilla el metal en Madrid. Hay que elegir un nuevo aspirante a dirigir nuestra ciudad secreta.