Suspiros de España

Ramón Pernas
ramón pernas NORDÉS

OPINIÓN

02 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La sintonía de Radio Pirenaica era el popular pasodoble, nacido en Cartagena ante el escaparate de una popular confitería que exhibía avellanas garapiñadas con ese nombre. Para el exilio español, tras la Guerra Civil, simbolizó esta canción la tristeza por el país perdido, y como el azar es caprichoso e imprevisible, el hasta ahora presidente Rajoy fue víctima de una celada en forma de moción de censura, que le ha dado el poder al candidato Pedro Sánchez tras una pirueta complicada y oportunista del nacionalismo vasco, el mismo que un día antes había aprobado los presupuestos del Estado presentados por el partido del Gobierno. Pero eso ya es historia y como Jesús exclamó en la sexta de las siete palabras pronunciadas en su agonía en la cruz, «todo está consumado, todo está cumplido». El Partido Socialista va a gobernar con un presidente que no salió de las urnas, no ha sido elegido en unos comicios generales, sigue la vía italiana, el modelo presidencial a trasmano de las consultas electorales. Es como un guion de comedia interpretado por Totó o Alberto Sordi, una suerte de Pan, Amor y fantasía, trasladada a nuestros días. Quienes seguimos las exitosas series norteamericanas de House of cards o Scandall podemos entender los maquiavélicos movimientos que sin limites éticos se cometen en el ala oeste de la Casa Blanca, que bien pueden ser trasladados al ala norte de la Moncloa o a los despachos de Ferraz o Génova. España, gobernada por un partido débil, cautivo de veinte y un pequeñas partidos, que van desde independentistas a marxistas y antisistema, inicia un camino tortuoso, cuando estaba levantando cabeza económica y tenía trazas de gobernabilidad. El marco referencial en que se ubicará el nuevo gobierno es una pequeña tempestad con el conflicto catalán en su fase álgida, cierto desequilibrios en el sur de Europa marcado por el inexplicable gobierno de la Liga y los grillistas, la reformulación de la UE, que vive una crisis de identidad que urge solucionar sin poner parches provisionales, el auge de modelos excluyentes, la xenofobia campante y un ítem de problemas que nos llevarían a otro articulo.

Rajoy reaccionó mal y tarde a la sentencia del caso Gürtel, no quiso o no supo calcular que existen atajos y caminos cortos para llegar al poder. Estamos en pleno ciclo del poder de las redes sociales, de la manipulación informativa. Rajoy no quiso enterarse y siguió manteniéndose de perfil como si tal cosa. Rajoy llevaba algún tiempo amortizado. Y se cumplió la maldición gitana de la mujer de Barcenas, cuando manifestó en público que si su marido entraba en la cárcel, Rajoy salía del Gobierno. Se abre un nuevo y complejo capitulo en la historia de España. Veremos como discurren estos nuevos y quizás últimos suspiros de España.