«Galicia no lo consentirá»

César Casal González
César Casal AL ROJO VIVO

OPINIÓN

Oren Ziv | EFE

04 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Premiar al que gasta por encima de sus posibilidades suena a parábola del hijo pródigo. Está muy bien como fábula moral para la Biblia, pero no es justo. El dinero es frío y solo entiende de sumas y restas. Si Galicia se esforzó en ser desde el 2009 la comunidad que menos se endeudó, no tiene sentido que ahora llegue Montoro e intente solucionar el delirio catalán, por ejemplo, con un dinero que no merece la Generalitat ni de lejos. Ni desde Bruselas. Feijoo pelea desde hace tiempo en el camino contrario. No solo no beneficiar al que se ha saltado la ley y ha disparado su deuda hasta límites inasumibles, sino luchar por una financiación justa que incluya conceptos claves como el envejecimiento y la dispersión de la población. No es lo mismo un centro de salud urbano en Madrid que los gastos sanitarios para dar una cobertura a los habitantes de una zona rural. Es pura lógica, números. Pero en vez de ir hacia el sentido común, llega Montoro, con su aspecto de faquir y su voz aflautada, y abona el desastre con sus palabras en el Congreso. Una quita de deuda autonómica beneficiaría de forma irresponsable a los cuatro grandes deudores: Valencia (deuda ya por encima del 41 por ciento de su PIB), Castilla-La Mancha (36,1 por ciento), Cataluña (endeudada al 34,9 por ciento) y Murcia (con el agua al cuello del PIB con un 28,7 por ciento). Así es que Ximo Puig ha celebrado la gracieta con la que Montoro le pretende salvar sus números infrarrojos. Montoro debe rectificar. O su jefe Mariano Rajoy debe decirle que por ahí no, que por esa senda ni un paso más. Esa ruta es una manera perversa de incentivar al incumplidor. O peor todavía. Es una manera de aplaudir al que se ha saltado la ley, ahora que ya conocemos el auto del juez que deja claro que la Generalitat utilizó dinero del Fondo de Liquidez Autonómico para gastárselo en un referendo ilegal. Hasta Montoro reconoce que los gestores catalanes pudieron engañarle, y Rivera, al quite de la quita, pide explicaciones. Conocedor de semejantes disparates, ¿cómo puede mencionar el ministro el concepto quita? Salvo que Montoro sea partidario del adagio que dice que si le debes un millón al banco, tienes un problema; pero si le debes mil millones, el problema lo tiene el banco. ¿Es ministro de Hacienda o lleva el ministerio de las Ensoñaciones? La propuesta tiene también una lectura política de auténtico dolor. Un político del PP disparando contra políticos del PP que han hecho los deberes como Feijoo. Montoro, con una mano en campaña contra el PP de Galicia o contra Cifuentes y el PP de Madrid, mientras que, con la otra mano, le arregla las cuentas a los secesionistas de Cataluña o salva el impago de Ximo Puig y los valencianos con su huida hacia delante. Necesitamos un pacto autonómico justo, pero justo con los pagadores, no con los empufados. No hay mejor final y titular para esta reflexión que pedir prestadas las palabras con las que el presidente y editor de La Voz de Galicia, Santiago Rey Fernández-Latorre, culminó uno de sus artículos: «Galicia no lo consentirá».