Un problema gordo

Manel Loureiro
Manel Loureiro PRODIGIOS COTIDIANOS

OPINIÓN

16 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Pues eso, que tenemos un problema gordo… o de gordos, para ser más precisos. Investigadores de la Organización Mundial de la Salud acaban de hacer público un estudio sobre el sobrepeso y, agárrense, en España somos el país con más obesos de Europa, justo detrás del Reino Unido. Pero es que la dudosa distinción de estar en el podio de sanchopanzas no acaba ahí, sino que, además, según la Asociación Española de Cardiología resulta que dentro de las fronteras nacionales, Galicia y Asturias ostentan el triste honor de ser las dos regiones de España con más gordos, con casi una cuarta parte de la población con sobrepeso.

Piénsenlo bien. Por una parte resulta reconfortante pensar que hemos cambiado tanto como país en los últimos 60 años que ya no solo hemos dejado definitivamente atrás aquellas tristes imágenes en blanco y negro de emigración y hambre de la posguerra, con rostros escuálidos y miradas brillantes contemplándonos desde viejas fotos, sino que nos hemos pasado de frenada y ahora no solo estamos bien alimentados y ya estamos directamente rollizos.

No es cuestión baladí, porque más allá de la estética, que también importa, se ocultan importantes problemas de salud: incremento en ataques de corazón, diabetes o cáncer, además de un enorme aumento del gasto médico.

Seguro que ahora mismo está meneando la cabeza y pensando «no es posible. Sí, conozco a unos cuantos que están algo pasaditos de peso, pero de ninguna manera puede ser que seamos la región europea con más obesos». Me encantaría darles la razón, pero las cifras de la OMS son incuestionables. Somos la reserva europea de tripitas y michelines y la cosa no tiene visos de cambiar.

Sería interesante pensar qué es lo que nos ha llevado hasta aquí. Si piensan que puede ser una cuestión de dieta, busquen otra excusa. Los vascos, que tienen el mismo menú recio y calórico del norte que gallegos y asturianos, están entre los españoles con menor índice de sobrepeso. Y tenemos el mismo número de heliogábalos por metro cuadrado que en cualquier otra zona. Supongo que tener una población cada vez más envejecida y sedentaria puede tener algo que ver, pero sospecho que el problema tiene mucho más calado. Es algo a lo que solo le podemos poner solución entre todos. Así que si está desayunando, hágase un favor y deje ese último churro apoyado en la barra del bar. Y si ya lo ha hecho, salga a dar una vuelta, que caminar cinco minutos más no le va a hacer daño. Aunque solo sea por nuestro orgullo colectivo y no convertirnos en los Obélix de Europa, pero sin poción mágica.