Confusión en los independentistas

Jaime Miquel
Jaime Miquel DESDE CATALUÑA

OPINIÓN

Stefano Guidi | DPA

07 dic 2017 . Actualizado a las 09:01 h.

Según los cálculos del CIS, Esquerra Republicana (ERC), Junts Per Catalunya y las CUP sumaban 67 escaños a tres semanas de las elecciones, uno menos de los necesarios para alcanzar la mayoría absoluta y cinco menos de los que consiguieron Junts pel Sí y las CUP en el año 2015 (72). Con independencia de esta estimación, que como la generalidad de las encuestas que se están publicando queda en la raya, el estudio preelectoral del CIS aporta información valiosa respecto a los movimientos que se están produciendo entre los distintos electorados de cada frente, sean los partidos de identidad nacional catalana o los del ámbito estatal.

El primero de los datos importantes se refiere a la transferencia del 45,8 % de los votantes del Partido Popular en los comicios del 2015 hacia Ciudadanos, cuya fidelidad de voto quedaría reducida a tres de cada diez de sus votantes del 2015. Lo que significa que Ciudadanos ha destruido al PP en Cataluña puesto que los populares no hacen ingresos significativos de otras formaciones políticas, representando ahora alrededor del 7 % de los votos válidos según todas las estimaciones.

El segundo aspecto relevante es que los movimientos entre Ciudadanos y el PSC, se compensan. Según nuestros cálculos con las tablas del CIS, en Ciudadanos ingresan 71.000 electores de origen socialista, mientras que los del puño y la rosa se hacen con 86.000 votantes que se habían decantado por la formación naranja en el 2015, lo que interpretamos como estructural, es decir, los primeros son electores del PSC que jamás votarían al PP pero sí a Ciudadanos para castigar a los independentistas, probablemente más mayores, mientras que los segundos son electores típicos del PSC que se enrolaron en Ciudadanos en el 2015 y regresan a su partido contrariados con el perfil autoritario actual de los de Rivera y Arrimadas; probablemente, más jóvenes. Otros movimientos entre los partidos del ámbito estatal también se compensan, como los socialistas del 2015 que se enrolan en Catalunya en Comú y viceversa.

Lo tercero que trae el CIS es confusión en el bloque de los partidos de identidad nacional catalana, porque sus tablas de resultados nos dicen que la candidatura de Carles Puigdemont conseguiría cuatro de cada diez de los electores de Junts pel Sí del 2015, que vienen a ser unos 640.000 votantes, mientras que ERC se haría con cuatro y medio (720.000) y las CUP con medio (75.000), dispersándose o desmovilizándose el que falta para sumar diez. Introduce confusión el CIS porque tal proporción de votos de Junts per Catalunya se produce a costa de la posición de ERC, que desciende hasta el punto de quedar por detrás de Ciudadanos en número de votos, según su estimación. Pudiera ser que así fuera y cabría pensar en la desventaja de Marta Rovira frente a Puigdemont, pero así no es. Estudios previos y posteriores nos dicen que ERC se desenvuelve en el umbral del millón de votos, que son cien mil más que Ciudadanos, mientras que la lista de Puigdemont aspira a los setecientos mil, algo por delante del PSC y distanciados de CeC, que nunca tuvo campaña, CUP cuyo tamaño es ese, y el PP, que ya no es lo que fue. Se hará larga esta campaña.