Fin de trayecto

Ernesto Sánchez Pombo
Ernesto S. Pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN

28 oct 2017 . Actualizado a las 09:23 h.

Era el viaje que ninguno de nosotros queríamos hacer y, sin embargo, ya estamos al final del trayecto. Con sobresaltos, tensiones y ansiedades, pero estamos al final del recorrido. No hay marcha atrás. En Cataluña se ha proclamado la República, el 155 echó a andar para tratar de desbaratar los proyectos independentistas, los catalanes ya no tienen govern y los topetazos les van a caer en cascada. Es el escenario rechazado por todos y por el que todos hicieron méritos para lograrlo. Muy pocos apostábamos en su momento porque la situación llegase hasta aquí. Y cuando lo hicimos, los que lo hicimos, no las teníamos todas con nosotros porque quedaba mucho tiempo por delante y se esperaba que el Gobierno de Rajoy fuese capaz de desactivar el desvarío secesionista o, también, que se impusiese la cordura en este. Pero el presidente no lo hizo porque era un calentón que bajaría por sí solo, según uno de sus ministros, y el president, tampoco porque se le había aparecido la independencia en forma de moreneta. No se entendió en este país que Puchi, independentista desde la EGB, era un acomplejado elegido para el sacrificio porque está dispuesto a todo con tal de pasar a la historia.

No se entendió que hace tiempo que el procés ya no está en las instituciones, sino en las calles y plazas. Y los otros tampoco entendieron que Europa nunca consentiría su osadía; que las empresas anteponen la cuenta de resultados al patriotismo, ni que el Estado iba a actuar con toda la contundencia que le sea posible. Y como nadie entendió nada, aunque en su descargo hay que decir que es sumamente complicado entender esta locura, pues ayer llegamos al final del viaje, con el Gobierno tomando medidas excepcionales y los fanáticos visionarios celebrándolo en la calle. Y hoy iniciamos otro bien diferente.

Ya hay una República catalana, independiente, soberana y democrática que va a ser la admiración y la envidia del mundo. Y hay unas medidas ciertamente severas que van a ser dolorosas.

Lo más preocupante de todo es que el viaje que iniciamos hoy, no sabemos a dónde nos puede conducir.