El reto ahora es trabajar para una tenencia responsable

Germán Quintana VETERINARIO ESPECIALISTA EN BIENESTAR

OPINIÓN

27 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La ley aprobada ayer difiere notablemente del proyecto presentado a principios de este año y que, a pesar de los cambios propuestos por la oposición e incluidos en el nuevo texto, no ha conseguido el apoyo de toda la cámara, algo deseable en una norma que aspiraba a ser un modelo a seguir. Estrenamos pues una ley con claroscuros y cubierta de polémica desde su concepción y que, no obstante, puede en algunos aspectos suponer una mejoría.

Se trata de una ley que da distintos derechos a los animales en función de si viven o no en nuestros hogares, cuando muchos aspectos del bienestar son comunes. Excluye a todas aquellas especies que no se consideren animales de compañía, quedando al margen los animales de producción, équidos, toros de lidia y animales de investigación. Aspectos como la prohibición explícita de emplear animales salvajes en espectáculos circenses son un gran logro, pero deberemos velar por que los de compañía no los sustituyan y sean explotados y vejados en un futuro próximo ya que podrán emplearse en estos espectáculos.

Además, una ley de sacrificio cero es un gran avance, pero no debemos olvidarnos de que los centros de acogida están en muchos casos al límite de su capacidad y dependen de medios económicos propios (donaciones o aportación de socios) y de mano de obra voluntaria en su mayor parte. Por ello, esta ley de sacrificio cero debe ir acompañada de campañas de concienciación en favor de la adopción y de la tenencia responsable y de ayudas de la Administración a los centros de acogida y protección animal.

Se retiró de la normativa un aspecto duramente criticado por las asociaciones protectoras y animalistas, la sanción con hasta 5.000 euros a las personas que alimenten o recojan animales abandonados sin una autorización administrativa en situaciones de emergencia en las que esté comprometido en bienestar del animal. Criminalizar a aquellas personas que hacen esta labor encomiable no parece razonable cuando no se persigue con dureza a los maltratadores. Con todo, la alimentación y recogida deben estar regularizadas.