El sol no calienta para todos

Venancio Salcines
Venancio Salcines PROFESOR DE LA UDC

OPINIÓN

28 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La economía española se calienta, y la de Galicia también. Ya faltan algo menos de dos millones de trabajadores para alcanzar el récord de empleo del 2007. Aquel tiempo en el que más de veinte millones de españoles estaban ocupados. Todo es alegría.

Al menos, eso se deduce de un análisis a primera vista de la última encuesta de población activa. Hemos batido un nuevo récord en generación de empleo. Sin embargo, un análisis más sosegado puede enfriar un exagerado optimismo. En primer lugar, porque crecemos a través del sector servicios, 272.400 nuevos puestos de trabajo, frente a 65.700 de la industria o 52.100 de la construcción ¿Piensa lo mismo que yo? La construcción ya está generando el mismo volumen de empleo que el sector industrial ¿Para reír o para llorar? No lo sé, en todo caso para meditar. Y digo meditar porque el grueso de los 375.000 nuevos ocupados son personas de edad media, es decir, de entre 25 y 54 años: por encima de esa edad, el mercado laboral está frío, muy frío, y por debajo, también. Aquí está, a mi juicio, el gran apunte de esta encuesta: el crecimiento del empleo no va a sacudir por igual al conjunto de la población, va a segmentarla y dejar nichos de tristeza, agujeros negros.

Quizás por eso valdría la pena alegrarse por el crecimiento de la construcción, que es uno de los pocos sectores capaces de reincorporar al grueso de la población que excede de los cincuenta años. Al fin y al cabo, muchos de esos desempleados antes han sido profesionales activos de nuestra bastarda burbuja inmobiliaria. Otra cuestión son los jóvenes sin oficio ni beneficio, los que se instalan entre los 16 y los 24 años, los expulsados del sector educativo, los que no encuentran acomodo en una España obsesionada por los trabajadores hiperproductivos ¿Qué será de ellos? Algo muy simple y a la vez tremendamente complejo, volver a introducirlos en el sistema a través de formación para el trabajo. En este sentido, los certificados de profesionalidad, actualmente bajo el paraguas de la Consellería de Economía, Emprego e Industria, pueden ser el instrumento apropiado para ello.