No bajar la guardia

José D. Pedreira MÉDICO EMÉRITO DEL SERGAS

OPINIÓN

21 jul 2017 . Actualizado a las 11:31 h.

Estamos aún lejos de la erradicación de la epidemia de VIH, pero no hay duda que los avances en la disminución de nuevas infecciones y, sobre todo, en la mortalidad han sido importantes. El factor fundamental en esta mejoría ha sido el acceso al tratamiento con fármacos antirretrovirales a nivel mundial. Estos ya llegan a un 53 % de los infectados, mientras que hace pocos años estaban a disposición de poco mas del 20 %. Los modernos antirretrovirales disponen de tres enormes ventajas: son muy eficaces, prácticamente en toda la población; se toleran muy bien y, con un numero mínimo de pastillas, sobre todo al negativizar la carga viral, suprimen el contagio en las relaciones sexuales. Todo ello supone que para mantener una disminución en las nuevas infecciones y en la mortalidad deberían administrarse a toda la población, algo que todavía está lejano por su coste económico. Sobre todo en las zonas de mayor impacto: Asia Central (en aumento), África y América del Sur. En nuestro entorno tenemos la fortuna de poderle administrar la medicación a todos los infectados, por lo que mantenemos unas cifras de nuevas infecciones muy bajas. En este sentido, estamos realizando un amplio estudio para disminuir al mínimo los nuevos contagios, en colaboración con la Consellería de Sanidade. No debemos, sin embargo, olvidar las medidas clásicas de prevención -sexo seguro, con utilización del preservativo en toda situación de riesgo, y jeringuillas desechables en el uso de drogas intravenosas- que siguen siendo fundamentales para mejorar.