Bien es sabido que la socialdemocracia es la base de nuestro orden constitucional. Así pues, es obligado proteger los ideales que esta proclama e intentar subsanar las dificultades que encuentra al implementarse en la práctica. En este propósito, sin duda, el PSOE ha sido referente en este país (y en Europa).
Ahora nos adentramos en un debate complejo y no trivial. Para ser el defensor del orden social de una democracia occidental avanzada, el PSOE debe reencontrar su propio rumbo lo que, a la postre, será de gran utilidad para España. Muchos hicieron burla de Podemos cuando quisieron presentarse como socialdemócratas. Otros tantos han criticado el acercamiento del PSOE a un partido conservador como es el PP. En todo caso, parece que la solución no pasa por parecerse a ninguno de estos dos partidos. Pasa por ser más PSOE. Afrontamos un proceso interno crucial y de gran interés. Hay escepticismo pero, al mismo tiempo, la gente tiene esperanzas en lo que la política puede lograr. Para ello, frente a la lucha y confrontación que se vio en Podemos y frente a la adulación y nulo juicio crítico en el PP, en nuestras primarias y congreso federal la solución recae en la unidad democrática.
Los socialistas estamos convencidos de que tenemos unos grandes ideales y, unidos, debemos trabajar por ellos. No solo hay unidad al aceptar los resultados. La unidad es, primordialmente, vital para que se produzca el tan necesario debate previo a cualquier votación. En él, afloran las diversas opiniones sobre el adecuado procedimiento de lograr el bien común y la prosperidad. La argumentación y honestidad de las partes involucradas en el debate democrático, por sí solo, crea cohesión social. Entonces, mientras se comparta un interés en el servicio público, se ayudará a evitar posiciones estratégicas que rehúsen debatir abiertamente y que utilicen la confrontación para salvaguardar intereses privados, mezquinos y de poder.
¿Cómo asegurar unas primarias constructivas? Votantes, medios de comunicación y clase política tienen que asegurarse de velar por un debate intenso y distendido que aborde todos aquellos asuntos que requieran mayor argumentación, con vistas a crear un recto juicio en las personas . En contraste con la superficial percepción de la realidad que conseguimos con nuestros sentidos, el conocimiento se produce cuando profundizamos en esas informaciones a la luz de la razón. Luego, mayor debate implicará una mejor resolución de conflictos colectivos al tener votantes instruidos que podrán escoger adecuadamente. Y cuanto más plural, mayor progreso democrático y social al representar fielmente la diversidad. La purga posterior a una lucha encarnizada no es verdadera unidad. Solo puede existir a partir del diálogo que busca la verdad y el bien. Así sea.