Una tilde para el señor Maíllo

Francisco Ríos Álvarez
Francisco Ríos LA MIRADA EN LA LENGUA

OPINIÓN

25 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En el mundo político español hay dos personajes destacados que llevan el apellido Maíllo y que suelen recibir distinto tratamiento ortográfico en los medios de comunicación y en las webs de sus respectivos partidos. Mientras Antonio Maíllo, coordinador de Izquierda Unida Los Verdes-Convocatoria por Andalucía, suele ver su apellido correctamente escrito, el zamorano Fernando Martínez-Maíllo Toribio, coordinador general del Partido Popular, se encuentra con que unas veces es Maíllo y otras, quizá las más, Maillo. 

La forma correcta de esta palabra ya nos la señaló Gonzalo Correas en Arte de la lengua española castellana, de 1625: «En los acabados en a, o, que prezede ditongo antes en la penultima sin aver consonante en medio, no se deshaze el ditongo sino que la vocal maior lleva el azento, como maio, maia, saio, saia [...] Los que tienen consonante en medio algunos deshazen el ditongo con el azento en la i i en la u, como vizcaíno, Laínez, maíllo xenero de manzano mui agrio...».

En efecto, el maíllo es el Malus sylvestris, conocido también como manzano silvestre y como maguillo. Su fruto no es la manzana más sabrosa, como decía Correas. Este maíllo puede ser el origen del apellido, que también parece tener fuerte relación con el municipio salmantino de El Maíllo. Casi la mitad de los españoles que llevan el apellido Maíllo son naturales de aquella provincia. Pues bien, entre los vecinos de El Maíllo, donde hacen las sabrosas patatas meneás, hay quien coloca al topónimo el acento gráfico que le corresponde y hay quien incumple.

En televisión siempre pronuncian bien el apellido, [Maíllo]. Entonces, ¿por qué yerran tantos cuando lo escriben? No descartamos que sea por el convencimiento, no menos errado, de que los apellidos se escriben como quieren quienes los llevan, cuando la única variación posible es entre formas correctas (Jiménez/Giménez), no entre las canónicas y otras con faltas de ortografía (Jimenéz). Aun así, nos planteamos si el diputado tilda o no tilda. Se lo hemos preguntado y nos ha confirmado que escribe Maíllo, «con tilde en la i, ya que al ser un hiato compuesto por una vocal abierta y otra cerrada se acentúa la cerrada». Tras esto, ¿qué alegarán quienes deforman su nombre? Y para el diputado, el reconocimiento de que, en ortografía, sobresale en un mundo, el político, donde son legión los que no saben hacer la o con un canuto.