Anova y Podemos dando ejemplo

Roberto Blanco Valdés
Roberto L. Blanco Valdés EL OJO PÚBLICO

OPINIÓN

22 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«La lluvia en Sevilla es una maravilla». El profesor Henry Higgins utilizaba ese ripio, libre adaptación de una conocida rima inglesa en su versión original «The rain in Spain stays mainly in the plain», para enseñar a Eliza Doolittle -la siempre maravillosa Audrey Hepburn- a hablar como una dama de la alta sociedad en My Fair Lady, magnífica película dirigida en 1964 por George Cukor.

Siguiendo con auténtica pasión los acontecimientos protagonizados este fin de semana por los dos principales partidos que han emergido en Galicia sobre las cenizas de la casta (Anova y Podemos), no he podido por menos que imaginar un nuevo ripio adaptado a nuestra envidiable situación: «La nueva política en Galicia es un auténtica delicia». Vean si no.

La asamblea de Anova terminó con un enfrentamiento en el que varios de los presentes recurrieron a los empujones y patadas para saldar sus discrepancias, lo que, según es bien conocido, constituye la máxima expresión del pluralismo democrático. Así da gusto. A eso se le llama tener firmes convicciones, ejemplo sin duda de lo que quizás nos espera si quienes se expresan con formas tan edificantes llegasen a ocupar en el futuro puestos públicos de responsabilidad. Es verdad, claro, que los implicados en la gresca serán enviados, según la dirección del grupo al que pertenecen, Xeira-Mocidade Comunista Galega, a «talleres de formación implantados por compañeiras sobre despatriarcalización das prácticas socio-políticas, aprendizaxe de coidados e compañeirismo». Que no cunda, pues, el pánico: si a los de las patadas los despatriarcalizan, todo irá de maravilla. Ejemplos sobrados hay en la historia del comunismo de esos procesos de reeducación y de sus efectos portentosos.

La otra pata de la nueva política gallega, Podemos, ha dado también muestras tranquilizadoras de que los gallegos no tenemos nada que temer si ese partido llega a ser una fuerza de gobierno, dado su grado de cohesión interna y madurez. La asamblea que celebró este sábado el Consello Ciudadano de Podemos fue considerada por miembros de la dirección que preside Carmen Santos como «un golpe de Estado». A su vez, los críticos con el grupo dirigente, que lidera la diputada en el Congreso Ángela Rodríguez (la misma que, dando un ejemplo de su profundo sentido del respeto a los demás, se refirió hace un par de años a la propia Carmen Santos como «puta coja» en un chat interno del partido), amenazan con llevar a la dirección a los tribunales. Eso es un partido y lo demás, un cuento.

Son de hecho acontecimientos tan admirables los que explican que las fuerzas de la nueva política se consideren con derecho a dar lecciones a todas las demás, pues bastaría con que la casta se comportara como ellas para que Galicia y el resto de España fueran Jauja: el reino de la más pura y perfecta democracia. En realidad es incomprensible que aún haya gallegos que se resistan a votarlas.