Levitando

Xose Carlos Caneiro
Xosé Carlos Caneiro EL EQUILIBRISTA

OPINIÓN

18 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Ayer a las doce y media de la mañana, recién conocida la sentencia Nóos, el abogado de la infanta Cristina, Miquel Roca, aseguró sentirse levitando. Tanta era su felicidad que llegó a sentirse uno de esos personajes que habitaba Castroforte del Baralla, la ciudad que Torrente Ballester puso también a levitar. Un hombre feliz. Su clienta había sido absuelta y la multa que se le imponía era inferior a la fianza ya depositada. O sea, que incluso hay que devolverle dinero a doña Cristina. El abogado levitaba. La infanta no tanto, estaba apenada por lo de su marido, dijo también el abogado Roca. No es para menos. Ella, que desconocía todas sus actividades delictivas, se sentiría afligida por los seis años de cárcel. Claro que le pedían el triple, pero la Justicia, que es igual para todos (no se cansaba de repetir el abogado) ha sido benévola. Con todos, menos con Diego Torres, que es el malo de esta levitación compartida. Él todo lo tramó. Él fue el organizador de este delito que consistía, así de fácil, en convertir una institución sin ánimo de lucro en una fuente de ingresos particulares. Eso es lo que está demostrado. Eso es lo que sabe España entera. Todos, menos la infanta. Doña Cristina, como otras mujeres célebres de nuestro pasado reciente, no se enteraba de tales andanzas. Debo ser el único español a quien la mujer, en más de veinticinco años de convivencia, se le ha enterado de todo. Desde ayer, España está más podrida. Todavía. Tanta levitación sobrevenida no acabamos de soportarla.