Y vendrá un nuevo temporal

Fernando Ónega
Fernando Ónega DESDE LA CORTE

OPINIÓN

10 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando 200.000 puntos de luz, cerca de 200.000 familias, se quedan sin energía eléctrica durante varios días, como se quedaron en Galicia por los últimos temporales, no estamos ante un pequeño suceso. Estamos ante lo que podría justificar una declaración de «zona catastrófica», porque los daños son inmensos y difícilmente cuantificables: productos perdidos en congeladores, industrias y granjas paralizadas, tecnología fuera de servicio, incomodidades en los hogares… Añádanse los daños directos en edificios, viviendas e instalaciones diversas, por no citar Balaídos y Riazor, y no sería exagerado calificar la situación como un desastre, especialmente en el medio rural.

Veo desde la distancia que la clase política gallega se ha metido en la discusión habitual de atribución de responsabilidades. No entraré en ese capítulo, que forma parte del juego político, pero sí en lo difícil que es arreglar los desperfectos. Lo decía ayer María Santalla en La Voz: «Las consecuencias del temporal desbordan a electricistas y peritos». Una tormenta hace destrozos en un minuto, pero volver a la normalidad puede costar semanas o meses. Son muchas casas y muchos pueblos los afectados, muchos postes y mucho tendido eléctrico. Si alguien tiene la fórmula para rebajar los días que se tardó en devolver la luz eléctrica a los puntos de toda la geografía gallega donde el temporal la cortó, haría un gran servicio a la comunidad si la diese a conocer para futuros sucesos. A las compañías eléctricas se les puede y quizá debe reprochar todo, pero habrá que reconocer al mismo tiempo que Gas Natural Fenosa envió a Galicia a 700 operarios de Castilla y León y Asturias. Y los gestos de solidaridad de los gallegos recordaron los días del Prestige.

Mi pregunta, al contrario de lo dicho en el Parlamento, es: ¿por qué los temporales causan más estragos en Galicia que en otras comunidades? ¿Por qué se tiene que alcanzar un récord de cortes de luz? Por tres razones: porque la velocidad del viento es superior, porque hay tendidos gruesos de alta tensión que resisten mal un vendaval de 180 kilómetros por hora y porque hay mucha masa forestal que hace el daño complementario.

Propongo una reflexión: donde hay árboles autóctonos no hay derribos de tendido. Pero hemos repoblado Galicia de eucaliptos, un árbol con menos raíz, más altura y menos resistencia. El eucalipto termina arrancándose, vuela, cae sobre los tendidos y provoca el desastre. Nadie puede poner puertas a un temporal. Pero hay algo que sí se puede: Red Eléctrica, reforzar las grandes torres de alta tensión; los demás, tomemos nota de lo que ocurre con la masa forestal importada. Y hacerlo ya, porque el temporal siempre acaba por volver.