Brigantinos

Francisco Ríos Álvarez
Francisco Ríos LA MIRADA EN LA LENGUA

OPINIÓN

14 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Si observamos el empleo del adjetivo y nombre brigantino en los tiempos que corren, podremos concluir que prácticamente en todos los casos se refiere a la ciudad de Betanzos. Para quienes utilizan o conocen esa palabra, la relación es inmediata. Hay otro brigantino, hoy poco usado, que es el que se refiere a la ciudad de A Coruña. Ambos tienen el mismo origen, el latín brigantinus, de la Brigantium o las Brigantium romanas del noroeste peninsular. No hay duda de que la Brigantium de la que hablan varios autores antiguos es la urbe que se ha convertido en A Coruña. Algunos historiadores de épocas recientes ven en alguno de aquellos testimonios otra Brigantium, que identifican con el origen de Betanzos.

Esté fundamentada o no esta tesis, es decir, haya habido una Brigantium en Betanzos o no, lo cierto es que brigantino se ha asentado como gentilicio de esta ciudad. Lo chocante es la diferencia de trato que reciben los brigantinos coruñeses y los brigantinos betanceiros en los diccionarios. Para el de la Academia Española, brigantino es solo lo «perteneciente o relativo a La Coruña, ciudad de España, o a su provincia». Pese a que cuatro de las 37 papeletas sobre esta voz que hay en el fichero general de la Academia se refieren al de Betanzos, sigue sin ofrecerse al lector información actualizada sobre esta palabra. 

Es más completo el María Moliner, que recoge las acepciones «De La Coruña» y «De Betanzos». El Diccionario del español actual, de Seco, responde a su título y da el significado actual, «De Betanzos», y, como en todos sus artículos, lo ilustra documentalmente, en este caso con una nota de prensa de 1970 donde se da cuenta del enlace matrimonial en la iglesia de San Salvador de Bergondo del «joven brigantino don Eusebio Tenreiro García y la señorita Encarnita Gómez Barcia». 

Hubo un tiempo en el que brigantino tenía bastante uso aplicado tanto a lo coruñés como a lo betanceiro. Así, en la segunda mitad del siglo XIX había en A Coruña un Orfeón Brigantino, que fue fundado por Pascual Veiga, y un Liceo Brigantino. Y en Betanzos se publicaban, por ejemplo, El Brigantino y, ya a principios del XX, La Enseñanza Brigantina y La Semana Brigantina. Había hasta un Partido Liberal Brigantino. 

La mala fortuna de brigantino con los diccionarios había empezado con el primero que lo registró, el de Ramón Joaquín Domínguez. Dice su Diccionario Nacional o Gran Diccionario Clásico de la Lengua Española, Madrid-París, 1853: «De Braganza. // Hist. Puerto brigantino, la Coruña». Claro que de Brigantium afirma que es el «nombre latino de Brianzon, en Francia, y de Compostela en Galicia».

El primero que introdujo a los brigantinos modernos, los betanceiros, en el proceloso mundo de la lexicografía fue el Diccionario de la Lengua Española de José Alemany y Bolufer, en 1917. Un siglo después, otros siguen ignorándolos.