Si fuma, déjelo. No sea un perdedor

OPINIÓN

13 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Una de las mejores cosas que hizo Rodríguez Zapatero fue luchar eficazmente contra el tabaquismo, y justo es reconocerlo cuando esa legislación está de aniversario. Me refiero a la Ley 28/2005, de 26 de diciembre, y a la Ley 42/2010, de 30 de diciembre, de medidas sanitarias frente al tabaquismo y reguladoras de la venta, el suministro, el consumo y la publicidad de los productos del tabaco.

Uno tendría que estar sordo y ciego o vivir en Babia para no conocer los múltiples peligros del hábito de fumar. Y eso desde hacía muchos años. Podría haberse esperado que esa información provocara una respuesta vigorosa e inmediata. Sin embargo, la reacción pública no tenía la profundidad que cabría esperar. La medicina no era lo bastante poderosa para reducir el consumo de tabaco, a pesar de que se trata de cánceres muy agresivos y sin cura, así como afectaciones cardíacas muy serias. Así estábamos hasta que llegaron esas leyes y, entre otras cosas, impidieron fumar bajo sanción en un amplio abanico de lugares. Eso sí que ha funcionado. La solución fue política. En donde se demuestra que la buena política y las leyes oportunas y bien formuladas sí son eficaces para modelar el espacio social y garantizar el bien común.

Todavía hay fumadores. Por eso no se puede bajar la guardia. Por ejemplo, no cabe que un policía municipal fume estando trabajando, y mucho menos si está delante de un colegio.