Masacre en Bruselas

Ignacio Bermúdez de Castro
Ignacio Bermúdez de Castro PASOS SIN HUELLAS

OPINIÓN

25 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Tras los atentados de Bruselas no puedo más que reflexionar sobre las dos máximas más celebres existentes acerca de la condición humana. Siempre me identifiqué más con la de Rousseau (el hombre es bueno por naturaleza, es la sociedad la que lo corrompe), pero después de tanta reiterada barbarie opto, solo puntualmente, por Hobbes (el hombre es un lobo para el hombre). Confío en que pasado el dolor y la indignación de los primeros momentos vuelva a posturas roussonianas, pues convivir con la tesis del inglés referente a la maldad intrínseca del ser humano es más incomodo e ingrato. Realmente difícil de sobrellevar y, sobre todo, de entender. Es lo que tiene el fanatismo. Siempre absurdo e irracional. Serán otros quienes tengan que buscar soluciones a lo que se está convirtiendo en el cáncer del siglo XXI. Quiero creer que las encontrarán. Mientras tanto, solo dos puntualizaciones. Lloremos con la misma intensidad a los asesinados por el Estado Islámico en la vieja Europa como a los masacrados en los países del tercer mundo. Y algo no menos importante. Que no afloren sentimientos antimusulmanes. Ellos son tan víctimas como nosotros, y no merecen ser estigmatizados. Salvo los tarados de turno, también desean por encima de todo vivir en paz.