Irán regresa

Yashmina Shawki
Yashmina Shawki CUARTO CRECIENTE

OPINIÓN

21 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

No sin muchas reticencias, celebramos el acuerdo por el que EE.UU. y la UE levantan las sanciones a Irán tras comprobar que ha cumplido con la paralización del desarrollo nuclear. Un desarrollo que creció de manera paralela al agravamiento del conflicto de Irán con la comunidad internacional y que alcanzó su apogeo en la época de Ahmadineyad. Tras diez años de tensiones, la llegada del más conciliador Rohaní ha hecho que las negociaciones hayan sido más fáciles.

Aunque no todo ha dependido de la buena voluntad de Irán, país acuciado por una demografía en aumento y una economía estancada, sino que es el resultado del progresivo cambio en las alianzas en Oriente Próximo. El caos sectario que vive Irak requiere del apoyo de Irán, que a su vez no desea que el Estado Islámico traspase su frontera. En cuanto la guerra siria reduzca su virulencia será imprescindible la colaboración iraní para el proceso de paz y la sustitución de Asad. No es tampoco casualidad que la deriva en el Gobierno de Arabia Saudí lo esté alejando de los puestos de cabeza en la lista de aliados occidentales. Y por último pero no menos importante, aunque Turquía, país suní, es aliado de la OTAN y, en teoría, cooperador necesario para controlar el flujo de refugiados hacia Europa, su actitud benevolente con el Estado Islámico y su ataque a los kurdos, los únicos que están luchando de manera eficaz contra los terroristas, también le está alejando de los puestos de confianza internacional.

Así que Irán es ahora necesario para reconfigurar el equilibrio de la región.