Un respeto

Ernesto Sánchez Pombo
Ernesto S. Pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN

30 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Incluso a los que creemos en el ratoncito Pérez, en papá Noel y en el rey Melchor nos resulta imposible digerir lo de los 1.515 votos a favor y los 1.515 en contra que la CUP trata de vendernos como una aritmética diabólica. Si este resultado se produjese entre los socios de un club deportivo o los militantes de los partidos de la casta estaríamos hablando de pucherazo, pero como ocurrió en una fuerza emergente, nos hablan de respeto a la democracia y de un ejemplo de participación.

Se puede ser anticapitalista, antisistema, antieuropeo y hasta antitaurino. Pero si se forma parte de un sistema democrático y se aprovechan de él, lo mínimo que debemos exigir es un respeto. Que es lo que no han demostrado Antonio Baños y su muchachada en el proceso de elección de presidente, o presidentes, en Cataluña. Porque tanta democracia y tres meses después la decisión la van a adoptar los mismos que dijeron que se debían a la militancia porque por encima de todo estaba el concepto de movimiento asambleario; es decir, que deciden los que ostentan el liderazgo orgánico. Tanto rodeo para estar en el mismo lugar.

Difícilmente se puede tomar en serio y tener confianza en una fuerza que juega con los intereses de una comunidad y que, por lo tanto, dispone de sus ciudadanos a su antojo y conveniencia. Resulta imposible encontrar en el firmamento democrático una payasada como la que protagonizan la CUP y sus campanilleros.

Decía Marx que el obrero, es decir, el ciudadano, tiene más necesidad de respeto que de pan. Insisto, lo decía Karl Marx. Y luego estos de la comparsa cupera se dicen marxistas.