Para muchos, la Navidad es un tiempo de tristeza porque les recuerda y les hace vivir con más intensidad la ausencia de seres queridos. Yo también los echo de menos porque los quise y me quisieron; no están en cuerpo pero siguen estando conmigo. Nada ni nadie puede llenar el vacío que deja un ser querido que se ha ido. La ausencia es un vacío que solo puede llenar el recuerdo. La Navidad es como un memorial. La Navidad es una referencia temporal como la fiesta del pueblo, el aniversario de la boda, de la muerte de un familiar, el nacimiento de un hijo. La Navidad convierte en kairos, tiempo significativo, el kronos, tiempo normal. El hecho de tener buenos deseos los días de Navidad no quiere decir que el resto de los días estemos dispensados de hacerlo. Además de ser social y lúdico el ser humano es ritual. A una boda podríamos ir con la ropa con que vamos a trabajar y, sin embargo, hasta los hay que piden un préstamo o alquilan el traje para ir de boda. Los supermercados, las multinacionales, aprovechan todos los momentos del año, especialmente las fechas referenciales, para vender, para hacer caja. Para muchas marcas, para muchas multinacionales, para muchas instituciones la estrella de la Navidad no es Jesús sino aquellos ídolos sociales que vehiculan sus intereses. Algunas marcas han logrado que la Navidad vaya asociada a sus marcas, a sus logotipos.
A todo esto hay que añadir lo principal, la Navidad es la celebración del Nacimiento de Jesús, que para los creyentes es Dios hecho hombre; es el mayor regalo que la humanidad ha podido recibir. Los regalos significan la gratuidad del regalo que recibimos del cielo: Dios hecho carne. Los que creen en el mensaje original de la Navidad no pueden huir con el rabo entre piernas y dejar el campo libre a los que quieren hacer olvidar el origen y significado de la Navidad sino seguir celebrándola a su manera sin olvidar que el mundo cambia y que la manera de actualizar los acontecimientos también. La Navidad consiste en la celebración y la actualización del nacimiento de Jesús. Todo lo demás: regalar o no regalar, hacer una gran cena o irse a la cama sin cenar, cantar o estar en silencio, es accesorio.