Que las combinaciones viables de gobierno aumentarán con toda claridad cuando en nuestro Congreso de los Diputados sean cuatro y no dos, como hasta ahora, los partidos importantes -es decir, con capacidad relevante de oposición o coalición-, es una evidencia que se impone por sí misma. Pero ese cambio importantísimo no hace políticamente factibles, sin embargo, todos los acuerdos que serían posibles a la vista solo de los números.
Empezando por lo político, el PP podría gobernar con el sostén de Ciudadanos, y con el de Podemos o el de Ciudadanos el PSOE, pero no al contrario en ninguno de ambos casos, salvo que PP y PSOE decidieran suicidarse. Además de solo con el apoyo de Podemos, el PSOE podría gobernar también con aquel y el de los partidos nacionalistas situados a su izquierda, aunque los riesgos para los socialistas de tal componenda serían indudables. No resultaría factible, sin embargo, un gobierno de Podemos, Ciudadanos y el PSOE, que para los de Rivera marcaría el comienzo de su fin. Ni tampoco un gobierno de gran coalición entre el PSOE y el PP, porque la cultura sectaria de uno y otro les impide pensar siquiera en una fórmula que muchos creemos podría ser hoy la mejor para el país.
Pero todas estas posibilidades teóricas se reducen de forma sustancial una vez que se ponen los datos -es decir, el reparto de los escaños- encima de la mesa. Como hasta la noche del día 20 no tendremos votos contantes y sonantes, hemos de guiarnos, de momento, por lo que indican los sondeos, que, con la llamativa excepción de los de un diario de Madrid al que debe hacérselos Rappel, marcan una tendencia coincidente. El de Sondaxe para el conjunto de España, que hoy publica este periódico, difiere muy poco, de hecho, del último del CIS, conocido hace unos días.
Resumiendo: el PP ganaría con toda claridad (124 escaños); le seguiría el PSOE a gran distancia (78), que, aunque no en votos, adelantaría a Ciudadanos en escaños (63) por efecto del sistema electoral; Podemos sería cuarto, con 33 escaños, que podrían aumentar hasta a 56 si se le suman los que Sondaxe atribuye a otras candidaturas en las que participan los de Iglesias.
¿Qué Gobierno nacional puede salir si este reparto de escaños, o uno muy similar, se confirmase tras la apertura de las urnas? Pues, descartada la gran coalición entre el PSOE y el PP, solamente un gobierno de Rajoy en coalición o con el apoyo externo de Ciudadanos en las cámaras. Cualquier otra combinación no se acercaría ni de lejos a la mayoría necesaria para gobernar establemente. Ello pone en manos del partido de Rivera y de su líder, cuya personal influencia resulta decisiva, una altísima responsabilidad, pues, de producirse los resultados que indican casi todas las encuestas, sería inimaginable que Rivera se negará a facilitar la investidura del candidato vencedor o, ya investido, optara por obstaculizar la gobernabilidad de España. Inimaginable e imperdonable.