La reforma constitucional

Carlos G. Reigosa
Carlos G. Reigosa QUERIDO MUNDO

OPINIÓN

12 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Ya no sé cuántos ni cuáles son los problemas que tiene España, ni creo que nadie los sepa enunciar con claridad, pero al parecer todos tienen una solución muy simple: la reforma constitucional. Nadie explica cómo se relaciona esa reforma con la extinción de todos nuestros problemas, pero así se nos dice -desde las más diversas instancias- que va a suceder. ¿Sabemos de qué reforma estamos hablando? Aún no se ha verbalizado con claridad ni existe un acuerdo sobre ello, pero ya tenemos claro que esa reforma lo arregla todo. Es decir: o esa reforma o el caos. Hasta el PP ha aceptado ya esta tesis. ¿O no es una tesis? Porque, para serlo, debería ofrecer algo concreto y explícito. El diccionario de la Real Academia Española define tesis como «conclusión, proposición que se mantiene con razonamientos». Y yo no encuentro los razonamientos, ni la proposición concreta, ni la conclusión por ninguna parte. Lo que me ha llevado a sospechar que la reforma constitucional que se propone es el bálsamo de Fierabrás. Ni más ni menos. Y ahora, por favor, que venga Fierabrás (personaje de ficción de incierto origen que da nombre a una poción mágica capaz de curar todas las dolencias) y que nos explique de qué estamos hablando cuando mentamos ese gran acuerdo constitucional. Confieso que a mí me vale lo que dice la actual Constitución Española pero, como no quiero desairar a tantos creyentes en su reforma, me sumo a esta con gusto. Lo malo es que no sé a qué me sumo, porque nadie acaba de explicárnoslo. A los catalanes de CiU y ERC ya no les basta con la palabra reforma y no estoy nada seguro de que el PSOE, Ciudadanos, Podemos, IU/EU, Anova, BNG, etcétera, estén usando esta palabra en el mismo sentido, esto es, para cambiar «lo que hay que cambiar». En cuanto al PP, no tengo la menor duda de que no considera necesaria la reforma, pero sé que va a decir que hay que cambiar algo, en respuesta al impulso ciudadano y blablablá? Quiero, pues, que quede claro que estoy a favor de la reforma constitucional y que me llevaré una gran alegría cuando, después de saber en qué consiste, pueda votarla junto con los demás españoles y españolas. Pero, por favor, dígannos antes de qué va.