29 millones de razones

Rubén Santamarta Vicente
Rubén Santamarta PAISANAJE

OPINIÓN

25 sep 2015 . Actualizado a las 13:12 h.

Para el orgullo industrial alemán, el Volkswagengate es una mácula de un tamaño impresionante, por calcular aún, y no solo en números. Para la ortodoxa ética germana, el ocaso de Martin Winterkorn, el hombre que colocó este grupo automovilístico en el podio mundial, es otro borrón que arrastra aún más vergüenzas. El ya expresidente de VW se fue por la puerta de atrás el miércoles, forzado por los accionistas y por el gobierno de la Baja Sajonia, sin reconocer culpa alguna en el escándalo del trucaje de motores, y sin renunciar -que se sepa por ahora- a la millonada que le esperaba detrás: una pensión de 29 millones de euros, y dos años de salario (otros 31 millones). Hay una buena conclusión aquí: los trileros y los caraduras no son exclusiva de unos pocos países. Se la han jugado a usted como cliente, sí, y la sombra de la sospecha se empieza a extender a todo el motor. Demasiado serio como para que Winterkorn se vaya de rositas.