Responsabilidades en Carral

Ignacio Bermúdez de Castro Olavide A DEBATE

OPINIÓN

08 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Existen responsables penales en el accidente de Carral? El piloto, al ser una competición y haber dado negativo en el control de alcoholemia y drogas, carecería de responsabilidad, al igual que los espectadores. Los únicos que podrían resultar procesados serían los organizadores si no hubiesen tomado las actualmente consideradas suficientes medidas de seguridad.

Una vez que se investigue por la autoridad judicial competente, saldremos de dudas, pero todo apunta a que se trata de un hecho atribuible a los indudables riesgos que conlleva la visualización en directo de este deporte. Las víctimas estaban, salvo futuras pruebas en contrario que puedan surgir en los próximos días, no en un lugar carente de peligro, sino en uno de los menos arriesgados del circuito. Y aún así ya ven lo que ha acontecido por decir que algo es seguro cuando no lo es.

No hay un solo kilómetro de estos trazados que no tenga algún punto susceptible de que ocurra otra tragedia. A muchos se nos ponen los pelos como escarpias cuando presenciamos escenas de un rali de estas características, y respiramos aliviados cuando la carrera termina sin incidente alguno. En numerosas ocasiones parece increíble que el piloto no pierda el control de su potente vehículo al derrapar a escasos metros de decenas de espectadores.

Hay que ponerse a trabajar de inmediato para extremar las medidas de seguridad para proteger a los aficionados, aunque ello vaya en detrimento de la espectacularidad de las carreras, que mucho me temo que ese sea el problema. Las normas existentes a día de hoy está claro que son insuficientes, y a los hechos me remito. Incluso muchos entendidos apuntan a que pudo ser peor, por muy difícil que sea de imaginar.

Las compañías de seguros harán frente a las fuertes indemnizaciones que habrán de abonarse, pero el dinero, llegados a estos casos, no atenuará el dolor de las familias de los hasta ahora siete fallecidos. Las autoridades, desde la Xunta hasta la Dirección General de Tráfico, aseguran haber revisado el protocolo de seguridad, pero visto está que eso no fue suficiente. Mientras se permita ubicar a miles de aficionados a escasos metros de donde circulan los coches, el peligro existirá, por muchos puntos de control que emplacen a lo largo del recorrido.

Quizás por ahí tenga que llegar la solución, aunque de procederse así este hermoso pero extremadamente peligroso deporte perdiera adeptos. Lo malo es que hayan tenido que morir siete personas para que se replantee la seguridad en los ralis. Aunque, si nos paramos a pensarlo, eso de actuar tras una tragedia ocurre desde que el mundo es mundo.