La epopeya de ser barcelonista

Xose Carlos Caneiro
Xosé Carlos Caneiro EL EQUILIBRISTA

OPINIÓN

10 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando en lontananza aguarda el inicio del campeonato de liga, yo me pongo a la tarea de escribir esta columna a la que, arriba, le he robado medio título: la epopeya de ser barcelonista y rechazar la independencia (tan cool). Es mi caso. Y vivo sin vivir en mí. Porque puedo dejar de ser cualquier cosa, menos barcelonista. Créanme, lo he intentado en numerosas ocasiones, cuando perdimos una final de la copa de Europa en Sevilla contra un equipo de Bucarest, en los penaltis. Cuando ser del Barça era llorar a los pies del madridismo. Cuando Messi no existía y el único Busquets era un portero. Por eso no he querido volver a intentarlo, porque soy del Barça pase lo que pase. Es una irracionalidad sentimental, llamémoslo así. Una irracionalidad como la independencia de Cataluña. Hablan del derecho a decidir como si decidir una secesión territorial, en sí misma, fuese un derecho. Y no lo es. Pero no es ese el argumento de esta columna, sino mi barcelonismo, pese a todo. Instrumentalizar al F. C. Barcelona a favor de la independencia catalana es una barbaridad inconcebible. Pero Mas y Junqueras tienen en ese afán su piedra angular. Como antes lo han tenido en dividir en dos la sociedad: los generosos independentistas y los repulsivos españoles. Es un camino a ninguna parte. El barcelonismo forma parte del corazón de millones de personas: héroes épicos contra la la independencia (tan cool). Ignorarlo es mentir.