Humanidad perruna

Jorge Mira Pérez
Jorge Mira EL MIRADOR DE LA CIENCIA

OPINIÓN

24 may 2016 . Actualizado a las 11:47 h.

Colóquese entre dos cajas, ponga a su perro enfrente y señálele una de ellas con el dedo. Verá cómo sigue sus instrucciones e irá a olfatear esa caja.

Que un perro comprenda nuestros gestos es un hecho más excepcional de lo que parece; de hecho, con un chimpancé no funcionaría este experimento, y eso que su inteligencia supera a la canina.

El perro es el producto de una evolución que, partiendo de los lobos hace unos 15.000 años, consistió en adaptarse y comprender al ser humano como ninguna otra especie en la Tierra.

Ahora acaba de descubrirse que nuestro vínculo con ellos es más profundo y mutuo de lo que se pensaba.

Si tiene perro, mírele a los ojos, y verá que le devuelve la mirada cariñosa (con un lobo no podría hacer eso, lo tomaría como un desafío). Pues sepa que un investigador japonés acaba de encontrar que, con esa mirada, se activa en usted la producción de una hormona llamada oxitocina.

Esa hormona afecta a nuestro comportamiento, por ejemplo aumentando la sensación de confianza o reforzando la unión de una madre con su bebé.

Pero lo curioso es que, al hacerle un análisis al perro, ¡descubrió que sus niveles de oxitocina también aumentan! Es decir, el vínculo que se establece entre él y usted? ¡es recíproco! Sufro cuando veo a uno atado a una cuerda de un metro de por vida, y ya no digamos cuando los maltratan o abandonan.

¿Será que quienes lo hacen no están a la altura de la humanidad de sus perros?