Atención: obras

Carlos Agulló Leal
Carlos Agulló EL CHAFLÁN

OPINIÓN

20 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Aclárese, o llego pronto o llego tarde, pero las dos cosas al mismo tiempo no pueden ser». Eso le espetaba hace unos días un concejal de Gobierno a otro de la oposición que, en uno de esos largos y estériles debates, se defendía de las acusaciones de embarcarse en una especie de frenesí de obras para llegar a tiempo a las municipales, eso sí, después de haberlo acusado de eternizarse en la gestión de algún que otro asunto espinoso. Y, claro, los dos tenían razón, porque pronto y tarde al mismo tiempo no se puede llegar, pero sí sucesivamente según convenga.

Ya pueden emplear horas en la discusión, porque los hechos no engañan a nadie. Vamos, que las obras son amores... sobre todo en tiempo electoral. Y el caso es que algún ciudadano ya llegó a la conclusión de que menos mal que hay que ir pronto a votar, porque de lo contrario, los agujeros en los que cada mañana mete el pie al salir portal continuarían adquiriendo solera (y profundidad). Y que el convenio de la construcción dirá lo que dice, pero si hay que currar el sábado por la tarde en un asfaltado y ajardinamiento para poder inaugurar sin tener problemas con la ley, pues se curra y se hacen méritos (la empresa, claro) para futuras adjudicaciones.

Apuntado todo esto, digamos lo obvio: las obras hay que hacerlas y los plazos hay que cumplirlos. Ya decía un exalcalde (a punto de dejar la política con bastantes sinsabores en el zurrón) que, dadas las exigencias de las leyes de contratación, un mandato debería durar cinco y no cuatro años. Puede ser, pero cuesta creer que la regeneración de un espacio urbano histórico y un rebacheo se coman los mismos plazos. Sin embargo, todo coincide patas arriba estos días.