¡Cáspita!

Carlos Agulló Leal
Carlos Agulló EL CHAFLÁN

OPINIÓN

06 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El líder socialista dijo coño. Dos veces. Quiso enfatizar tanto su indignación por el hecho de que el presidente del Gobierno no se manchase los pies de barro para compartir la angustia de los afectados por las inundaciones del Ebro que lo dijo. ¡Coño! Y nadie se escandalizó, a fin de cuentas quién no dice un taco a lo largo del día, que ocasiones se presentan a porrillo. Como mucho a alguien le pudo extrañar que el aspirante a aspirar a la presidencia del Gobierno se mostrase tan poco convincente cuando se pone coloquial.

No fue, por supuesto, el chusquero «¡Se sienten, coño!» con el que el señor aquel del bigote nos los puso de corbata. No fue tampoco el autoritario Manuel Fraga que abroncaba a su ayudante de cámara cuando una y otra vez le hacían repetir el arranque de un mensaje navideño. Ni siquiera la cachada a Mariano Rajoy cuando se sinceró los suyos con el «mañana tengo el coñazo del desfile». No, lo de Pedro Sánchez sonó a un impostado enojo que le obliga a mostrase un punto deslenguado y maleducado. Ustedes lo sabrán disculpar.

Son los problemas de la sobreactuación. Rajoy podía haberse molestado en pasarse por allí, como hicieron dos de sus ministros, uno por tierra y otro por aire. Pero ¿qué hubiesen dicho entonces sus rivales cargados por la adrenalina preelectoral?: «¿A qué coño viene, sin haber aprobado siquiera las ayudas a los damnificados?». Y es que no es fácil cuando la política se reduce a un concurso de apariencias, en el que permanentemente corren el riesgo de cruzar la sutil línea que separa la admiración de la gente del mayor de los ridículos. Es difícil de olvidar aquella imagen de Feijoo con una manguera de jardín en un incendio forestal. ¡Cáspita, cómo son!