Al PP no le sobran ideas. Ahí está la frase de don Mariano. Ahí está su viaje a Grecia para reunirse con los viejos partidos aspirantes a perder las elecciones. Ahí está la consigna de Arriola: «Nosotros o el caos». ¿Quién es el caos? Todo lo que no sea el mundo antiguo. Incluso se suman a caras nuevas en las tertulias de televisión. Algunos de sus dirigentes tienen complejo de viejos -trastos-.
Pero lo más inconmensurable fue la cara que puso Cospedal al ser portavoz de una encuesta interna (?) que da al PP ganador en todas partes. Con trolas como esta, dicha en tal momento, solo consiguen insultar la inteligencia de los españoles para mayor gloria de Podemos.
El nerviosismo se ha convertido en aquel «mal de San Vito» donde los enfermos afectados por Corea padecían patológica inquietud. Por mucho que se empeñen viven cargados de angustias -miedo a lo desconocido-. Y es que las encuestas, a las que no hacen caso, marcan perversas tendencias. Se terminó el tiempo del bipartidismo protagonizado por empresas del viejo siglo XX. En cualquier momento puede aparecer otro foco de corrupción -tipo saga Pujol-, que formaba parte de la subcultura instalada entre políticos y negocios con dinero público. Las cifras macroeconómicas no se convierten en economía social. Y es que las directivas de la Troika, a cambio de sacar a las entidades financieras del pozo, pusieron a la población en situación de pobreza y pérdida de derechos sociales.
Ahí está la reacción tan esperada. Ciudadanos desde Barcelona. Con un líder universitario, magníficamente formado en Esade, capaz de explicarse con naturalidad y de fácil comprensión para el pueblo llano. Ha sido muy claro. No se trata de rojos y azules. No se trata de elegir con quién de las dos viejas y reaccionarias damas elige bailar. Se trata de un nuevo baile. Conectar la política con la decencia. Regeneración, reformas y servicio a las necesidades del pueblo soberano.
Ahí están los profesores de la Complutense. ¿Cómo se puede comparar a los compañeros de Iglesias con la señora Aguirre?
Falta de respeto a las demandas de la democracia. El PP ha nombrado obispo que se encargue de hacer de listero. Aún no se han enterado de que a los militantes de los partidos les gusta participar en el sistema a través de sus procesos.
No van a perder. Simplemente los van a echar al baúl de los recuerdos.