La entrevista

Beatriz Pallas ENCADENADOS

OPINIÓN

07 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Nos enseñaron hace tiempo que ocultar las cosas conduce con frecuencia a multiplicar sus efectos y hacer mayor la penitencia. Por eso no resulta fácil entender el empeño de Televisión Española en esconder a Pablo Iglesias. Primero, el canal público ninguneó durante meses al líder de Podemos, lo que, lejos de sofocar el incendio político generado por las elecciones europeas, echó más leña al fuego de sus argumentos. Llegado el momento de cederle un espacio, le halló acomodo en la noche del minoritario Canal 24 Horas un viernes de operación salida de puente. La estrategia era evidente: cumplir con el servicio público sin regalarle una muesca más como líder de los audímetros. Pero el cálculo salió mal y lo que debería haber sido un procedimiento normal en un informativo se convirtió en una de las noticias del día. Hasta Sálvame se puso nervioso por temor a una fuga de espectadores.

La entrevista, masculina cien por cien, se desarrolló en un tono de crispación con el que TVE perdió una ocasión de oro para atajar las críticas que arrecian contra ella. El lenguaje corporal de un entrevistado en posición de ataque denunciando que estaba allí gracias a las presiones de los trabajadores sería digno de estudio. El resultado final originó un aluvión de críticas que alcanzó categoría de trending topic mundial, lo cual ayuda poco a la televisión de todos.