El titular lo dice todo: Una compañía de teatro distribuye porno para bajar el IVA del 21 al 4 por ciento. El trabajo es de mi compañero Xesús Fraga y cuenta con elegancia cómo las mujeres de Primas de riesgo, haciendo honor a su nombre, han decidido que el Gobierno vuelva a reflexionar sobre el castigo que supone para la cultura considerar un bien de lujo ir al teatro, acudir al cine, escuchar un concierto, leer. Claro que lo primero es comer. Claro que primero está la salud. Pero después están la educación y la cultura. Sin educación y sin cultura no hay persona. Es increíble que estas chicas con su inteligencia hayan desnudado a Montoro. Ellas se han dado de alta como una distribuidora de revistas y así pagan el cuatro por ciento que se les aplica, por ejemplo, a las revistas porno y no el 21 por ciento de las representaciones teatrales. La vida es teatro, puro teatro. Y así ellas lo han demostrado. Distribuyen las revistas y regalan como promoción de la revista la entrada al teatro. Nada menos que a Calderón de la Barca. A ver El mágico prodigioso. Es increíble que nuestros creadores tengan que inventar estas salidas surrealistas para subsistir. La cultura no puede ser un pozo sin fondo de subvenciones, pero tampoco debe gravarse como un consumo de lujo. Es un bien básico que nos hace mejores ciudadanos.