Siglas y acrónimos

Francisco Ríos Álvarez
Francisco Ríos LA MIRADA EN LA LENGUA

OPINIÓN

25 oct 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Las siglas son palabras formadas por las letras iniciales de los elementos de una expresión compleja (OTAN, de Organización del Tratado del Atlántico Norte; IPC, de índice de precios al consumo). A su vez, los acrónimos se forman con fragmentos de las palabras de las expresiones denominativas, que no tienen por qué ser solo iniciales (Banesto, constituido por las sílabas iniciales de los dos primeros elementos y la final del tercero de Banco Español de Crédito). La Academia, que reconoce estos sentidos a ambas palabras, las emplea con otro criterio: sigla, solo para las que se leen deletreándolas (IPC: ipecé) y acrónimo para designar las siglas que se leen como las demás palabras (OTAN, uci, AMPA).

En la edición del Diccionario que acaba de publicarse se mantienen estos usos. Así, IVA aparece como acrónimo, y USB, como sigla. Pero ha mejorado su tratamiento en otros aspectos. Un ejemplo: en el DRAE del 2001, en el artículo IVA solo aparecía, además de la m que lo identificaba como sustantivo masculino y la marca geográfica de España, su definición: «Impuesto sobre el consumo que grava las transacciones comerciales, los servicios, las importaciones, etc.». De cara a la edición del 2014 se le incorporó, entre paréntesis, esta información: «Acrón. de Impuesto sobre el Valor Añadido», y así aparece en Internet. En la edición impresa se ha corregido y se ha cambiado por «Acrón. de impuesto sobre el valor añadido». Se han quitado, acertadamente, las mayúsculas que no corresponden a impuesto sobre el valor añadido, y se han sustituido por iniciales en letra minúscula cursiva. Realmente, la cursiva corresponde a toda la expresión, que aquí se emplea como metalenguaje. Una vez en este tipo de letra, es innecesario resaltar las iniciales poniéndolas en redonda, pues el lector que acude al Diccionario sabe interpretar esta información.

Aunque, a nuestro entender, lo tendría aún más claro si sigla y acrónimo se empleasen con el sentido relativo a cómo se han formado y no al de cómo se leen, que resulta obvio. Habría así siglas por una parte y acrónimos por otra, y no siglas que solo son siglas y siglas que también son acrónimos, así como acrónimos que solo son acrónimos y otros que también son siglas.