Estafa fiscal en Delaware

Manuel Lago
Manuel Lago EN CONSTRUCCIÓN

OPINIÓN

04 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

En el número 2.711 de Centerville Road, en la ciudad de Wilmington, que pertenece al estado de Delaware (EE.?UU), hay una fiesta en la que usted y yo no estamos invitados, aunque en realidad somos nosotros los que la pagamos. En ese edificio de una sola planta, apenas un portal que si tiene interés puede ver en Google Maps, están domiciliadas 6.500 empresas de todo el mundo, entre ellas 80 sociedades dependientes de las grandes multinacionales españolas que cotizan en el IBEX 35.

¿De qué va la fiesta? ¿Qué hacen tantas empresas españolas compartiendo domicilio social en un apartado postal de una pequeña ciudad de Delaware? Pues estafarnos. Delaware es un paraíso fiscal, esto es, un territorio sin apenas fiscalidad que es utilizado por las grandes empresas multinacionales, españolas incluidas, para no pagar impuestos. O pagar lo menos posible. Lo llaman planificación e ingeniería fiscal y se traduce en un gravísimo perjuicio para la mayoría de la sociedad. Esta práctica perversa, que se sitúa entre la elusión y el fraude fiscal, se hace evidente con la tributación de las grandes empresas. Veámoslo. El impuesto de sociedades ha sido el principal responsable cuantitativo en la caída de los ingresos fiscales que se viene dando en España desde el 2006. Si el total de los ingresos devengados por el conjunto de las figuras tributarias se redujo en 23.383 millones, el impuesto de sociedades lo hizo en 27.446 millones. Con esta deriva, el impuesto que grava los beneficios empresariales va camino de convertirse en testimonial, porque pasó de aportar el 23 % de los impuestos devengados en el 2006 a tan solo el 9 % en el 2012.

España es un caso paradigmático del proceso que la OCDE califica de «erosión de la base imponible y traslado de los beneficios», por el que las grandes empresas, especialmente las grandes multinacionales, están dejando de tributar, lo que constituye un grave riesgo para los ingresos tributarios, la soberanía fiscal y la equidad tributaria, en palabras de este organismo. Una cifra cuantifica este expolio fiscal: en el 2011, el tipo efectivo sobre resultado contable declarado que pagaron las grandes empresas españolas que consolidan cuentas fue del 3,5 %, casi diez veces menos que el tipo nominal del impuesto, que para ellas está en el 30 %. Esta cifra viene a demostrar que el problema de la caída de la recaudación está solo muy parcialmente explicado por los menores beneficios de las empresas. Un problema incluso de competencia desleal, porque el tipo efectivo de las pequeñas y medianas fue del 17 %, casi cinco veces más que las grandes.

¿Quiere usted saber, ahora que empieza el plazo de la declaración del IRPF, los nombres de estas grandes empresas que utilizan la ingeniera fiscal y los paraísos fiscales para reducir a su mínima expresión su tributación? Pues no hace falta hacer una lista nominal porque son casi todos: 33 de las 35 de las que cotizan en el IBEX 35 tienen sociedades dependientes domiciliadas en paraísos fiscales.