El raro ejercicio de la franqueza

Xose Carlos Caneiro
Xosé Carlos Caneiro EL EQUILIBRISTA

OPINIÓN

03 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Hace ocho días cerraba Arco 2014. La misma noche, 23 de febrero, una televisión emitía un programa que todavía sigue dando que hablar. La feria de arte contemporáneo representa a las vanguardias. Unas son merecedoras de encomio y aplauso; otras, en mi opinión, contribuyen de modo óptimo a la banalización de todo virtuosismo o talento. En Arco caben los taxidermistas que piensan, luego existen; los globos de colores; o, como yo pude contemplar en una galería hace años, las cajas de zapatos vacías que -según su autor- representaban el sólido apogeo de la creatividad. En Arco es fácil que el gato pase por liebre. En periodismo, también. Pensaba en ello hace ocho días mientras Jordi Évole ofrecía su falso documental sobre el golpe de Estado. Y pensaba en Hegel: «En arte, la forma es el fondo». En periodismo, también. Yo nada tengo (aunque sí tengo) en contra del producto televisivo encaminado, alejado de cualquier escrúpulo o pudor, al éxito. Lo que detesto es que algunos pasen sus días dando lecciones a los otros. Y para ello sirven los cínicos que en lugar de arte practican ocurrencias; y también los que haciendo falso periodismo se erigen en defensores de la verdad: Évole señaló que su programa pretendía desenmascarar las falacias de la televisión. Este país no precisa lecciones, salvapatrias o emancipadores. Precisa únicamente que ciertos paladines de la comunicación se ejerciten en la franqueza.