La manzana

Eduardo Riestra
Eduardo Riestra TIERRA DE NADIE

OPINIÓN

18 ago 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Y o ya no puedo más. Que Mariano niegue a Bárcenas tantas veces sin que cante el gallo vale, pero que vuelva Moncho Borrajo, eso sí que no. Porque el humorista, hace cinco años, se largó una gira de varios meses -demasiados, la verdad- para despedirse para siempre de su público. Y ahora resulta que ha vuelto. Hombre no, eso no es formalidad, así no se construye un país serio, esto no genera confianza en los mercados. Y como digo Borrajo digo José María Aznar, que hace unos meses se ofreció toreramente al pueblo español para salvar la patria. La verdad es que lo que podemos llamar el síndrome Borrajo se reproduce con tanta facilidad entre los escaños del Parlamento que parece que es un virus difícil de erradicar. Se llama también perpetuarse en el cargo. En Ourense, por ejemplo, hay una variante autóctona.

Lo bueno de este país es que la gente tiene memoria de pez y se olvida en seguida de las cosas, y la Justicia es lenta. El interés por Bárcenas está a punto de caducar, como caducó hace mucho la gira de Moncho Borrajo -yo me atrevería a decir que incluso él mismo- y caducan los programas y las promesas. Aquí lo único que no caduca es Gibraltar, que ya lleva más años en manos inglesas que españolas: 300 frente a 251. Estoy releyendo estos días Gibraltar, la roca en el zapato de España, de mi amigo Manu Leguineche, donde cuenta que Franco decía: «El Peñón caerá como fruta madura». Pero no cae. Ni el peñón ni nada. ¡Qué equivocado estaba Newton!