Loco verano

Eduardo Riestra
Eduardo Riestra TIERRA DE NADIE

OPINIÓN

14 jul 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

C onvendrán conmigo que estos toros de San Fermín son unos santos. Venga a correr entre atolondrados yankis y franceses patosos que no hacen otra cosa que entorpecer la carrera y tentar a la suerte. Los toros corren con santa paciencia y se cansan de perdonar. A mí, desde la televisión de mi casa, me entran siempre unas ganas terribles de embestir, qué quieren que les diga. Además, si es cierto lo que se dice de que este año está corriendo los encierros el etarra Bolinaga, pues ya ni les cuento. En San Fermín estos días se llenan las calles de norteamericanos talluditos disfrazados de Hemingway y de neozelandeses que se tiran desde lo alto de la fuente de la Navarrería para que los cojan sus amigos. A veces los amigos se apartan. No me extraña que Ernest acabara pegándose un tiro. Aunque menos mal que fue después y no antes de escribir sus cuentos africanos. Mientras en Pamplona la fiesta se acaba, comienzan los cursos de verano de Soto del Real, organizados por la Universidad Internacional de Turks & Caicos. Son cursos de economía sumergida y doble contabilidad, y en el tiempo libre se practican deportes como el esquí alpino y la recolección de setas y Rolex de oro. Se dice que los alumnos salen colocados.

Aquí, en cambio, nos hemos reunido un grupo de perros verdes para cenar en La Voz de Galicia a la salud de Francisco Castro que es un tipo raro. Con decirles a ustedes que escribió una novela. Y este periódico, todavía más raro, va, le da un premio y encima se la publica. ¡Qué disparate!