El odio del terror

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

17 abr 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Ya se registró un apartamento. Una de las pistas es la búsqueda de un individuo. Es el odio del terror. Todavía es pronto para ponerle apellido al atentado de las dos bombas que golpeó el maratón más antiguo del mundo. En realidad, el segundo. Se corre desde 1897, solo un año después de que en Atenas se corriera por primera vez la prueba olímpica. El maratón de Boston jamás se interrumpió. Solo la Primera Guerra Mundial obligó a correrlo un año por relevos. Hasta ayer. Hasta las bombas que cortaron de forma abrupta su final, aunque muchos corredores ya habían llegado. Las bombas explotaron a las cuatro horas, y para correr en Boston hace falta una buena marca. Es una prueba de nivel. Forma parte de las cinco grandes del mundo, con Nueva York, Chicago, Berlín y Londres. Se calcula que medio millón de personas participan, entre público y atletas, en una fiesta que se celebra en un jornada de fiesta. El Día del Patriota, el tercer lunes de abril. Hasta que las explosiones se llevaron por delante la alegría. Hasta que se vaciaron los calles y se llenaron los hospitales con decenas de heridos. Hasta que para algunos la meta fue definitiva.