El actor y diputado por UPyD Toni Cantó sigue fiel a su estilo. Como le ocurría al Tenorio, siempre le sigue el escándalo. Aseguró en el Congreso de los Diputados que «ni los toros ni el resto de los animales tienen dos de los que son nuestros derechos fundamentales: el derecho a la libertad y el derecho a la vida». Alguien debiera recordarle al diputado aquello de zapatero a tus zapatos, más que nada para evitarle el ridículo de ser el autor de semejante dislate. Que no vaya de filósofo ni de eminente constitucionalista, pues de seguir en esa línea en la próxima comparecencia como parlamentario nos suelta que el can de palleiro gallego no tiene derecho ni a una vivienda digna ni a un puesto de trabajo que permita la subsistencia de su prole. Ni tampoco al principio de tutela judicial efectiva. Con independencia de que se posicione a favor o en contra de las corridas de toros, lo que ha dicho es de tal calibre que me hace reafirmarme en la tesis de que el nivel de nuestros padres de la patria deja mucho que desear. Y sobre todo aprovechar para resaltar que el Código Penal, en sus artículos 337 y 632, contradice rotundamente la tesis del parlamentario. Señores diputados: aparte de hacer las leyes deben leérselas.