Romper moldes

Alfredo Vara
Alfredo Vara EL PUENTE

OPINIÓN

12 feb 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

El papa que llegó a la silla de San Pedro con 75 años y al que no pocos expertos consideraron inicialmente como de transición tras el largo y mediático pontificado de Juan Pablo II, ha roto moldes con su renuncia, una decisión sin precedentes en siete siglos.

Benedicto XVI ha querido evitar que se repitieran las dramáticas imágenes de deterioro físico y sufrimiento de su antecesor. Será, sin duda, una de las decisiones más recordadas del que fue guardián de la ortodoxia durante largos años y el papa que empezó a derribar el muro de silencio sobre los espeluznantes casos de pederastia relacionados con destacadas personalidades de la Iglesia católica.

Con su decisión, Joseph Ratzinger abre la posibilidad de que también Roma rompa moldes en la elección del sucesor.

Aunque muchos dan por hecho que el ala más conservadora del catolicismo continuará controlando la elección del sucesor de Pedro, tendría una gran trascendencia que, en un momento de tanta zozobra en todo el mundo, de ausencia de referentes sólidos, crisis económica y de valores, y de dominio de la especulación y de los mercados frente a las personas y las ideas, llegase a la Iglesia católica una renovación como la que supuso hace medio siglo la elección de Juan XXIII.

Fue aquel papa, elegido también cuando había rebasado los 75 años, que con el Vaticano II abrió la puerta a una profunda renovación, y dejó escrita la exigencia a los gobernantes de «promover los derechos de los ciudadanos» y de hacerlo «evitando que la precedencia dada a los derechos de algunos particulares o de determinadas empresas venga a ser origen de una posición de privilegio».