A ver si ya acabamos de una vez por todas con esa manía que tenemos los españoles de ponernos enfermos cada dos por tres. Que no bien aprendemos a decir papá ya estamos pensando en cogernos una baja e irnos a un hospital a que nos operen, nos pongan una escayola o nos cambien un riñón. Hay mucho vicio.
Con tal de vaciar las cuentas de la sanidad lo mismo nos da pillarnos un cáncer que partirnos la clavícula en mil pedazos. Lo que queremos es gastar. Por eso Mariano ha tenido que poner coto a tanto desmán. Una muleta, 20 euros. Una silla de ruedas, otros 20. Que te quedas debajo de un coche, pues sacas 5 euros mientras agonizas y antes de que llegue la ambulancia. Que estás como una tapia, prepara 20 euros para los audífonos. Y dejemos para mejor ocasión el lujo que supone entrar en una farmacia.
Ya está bien de tanto despilfarro y tanto vicio. Aquí los únicos que ahorran son Rajoy y los del coro, que menos mal, porque los demás no nos preocupamos de nada. Solo de gastar y gastar. E irnos de hospital en hospital a hacer gasto.
Este es un país donde la gente se hace un trasplante de corazón por aburrimiento. Bueno, se hacía. Que a partir de ahora en vez de ir al cardiólogo van a ir al ferretero. Que sale más barato y el resultado va a ser el mismo.