Con estas dos no necesitamos a Merkel

OPINIÓN

25 jun 2012 . Actualizado a las 06:00 h.

L as dos damas de acero y vanadio a las que alude el título son doña Dolores de Cospedal, abogada del Estado y secretaria general del PP, y doña Soraya Rodríguez, también abogada y portavoz del PSOE en el Congreso, que, ante la evidencia de que Rajoy y Rubalcaba estaban nerviosos por el encuentro de fútbol entre Francia y España, asumieron la responsabilidad de explicarnos, en todos los informativos del sábado, la cumbre franco-alemana-hispano-italiana de Roma. ¡Y vive Dios que la explicaron a conciencia!

Primero salió, en Albacete, la señora De Cospedal, que, dando a entender que de la UE y sus cuitas no sabe de la misa la media, concluyó que el gran triunfador del almuerzo romano es Mariano Rajoy, que, además de imponerle a Alemania la senda del crecimiento, y de adaptar a las necesidades de España todos los mecanismos de financiación, control y convergencia institucional y fiscal, salvó al euro de todas las asechanzas de Soros y su cuadrilla, y marcó la senda de un futuro sin miedos ni descalabros. Y en función de tanta gloria sacó dos conclusiones apodícticas: que «España cuenta otra vez en Europa», como todo el mundo sabe, y que ese liderazgo continental de nuestro país se debe a que «tenemos un Gobierno -el de Rajoy- que da la cara y está al frente».

Pero después vino Soraya, que debe tener hilo directo con el Elíseo, y explicó la pizza romana en perspectiva bien distinta. Porque lo que cree la señora Rodríguez es que la presencia de Hollande en la cumbre de Roma produjo un rescate político de la socialdemocracia europea, que estaba cautiva de las políticas de derechas como las que hace Mariano Rajoy. También dijo que «el liderazgo de la socialdemocracia europea logró el resultado de Roma», y que el pacto para incentivar el crecimiento es, literalmente, «el programa de Hollande». Tratando de hurtarnos el liderazgo moral que, ante la pasividad de Merkel y Monti, ejerció Rajoy, la señora Rodríguez insistió en que «Hollande ha dicho de forma clara que el problema es la recesión y que, por lo tanto, la solución es el crecimiento», y en que el gran François I de Francia -ora pro nobis- logró «romper el eje de la derecha europea más dura», y cambiar las prioridades de la política europea: «primero crecimiento, segundo empleo y tercero déficit».

En Santander, donde hablaba Soraya, aún no se sabía la que Del Bosque le estaba montando a Francia por orden expresa de Rajoy. Y por eso la portavoz socialista remachó su alocución así: «Es la única forma de romper el círculo diabólico en el que con las medidas de solo austeridad y ajuste fiscal nos ha metido la derecha europea en estos tres años de nefasta gestión de la crisis». Por eso concluyo que Zapatero debía ser de derechas, y que con estas dos lideresas no necesitamos que venga Merkel a subirnos la prima de riesgo.