Con los debidos respetos, señor fiscal

Fernando Ónega
Fernando Ónega DESDE LA CORTE

OPINIÓN

13 mar 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Sí, con todos los respetos, le digo al fiscal general del Estado: hay asuntos dolientes, sangrantes todavía, de la vida de España que no se pueden despachar con un despreocupado anuncio de investigación por parte de su alto ministerio. Y usted, señor fiscal, lo hizo el 2 de marzo. En esa fecha, y con micrófonos delante, consideró las informaciones de un vagón abandonado del 11-M como una notitia criminis y dijo que había ordenado a la Fiscalía de Madrid investigarlo, porque podía esconder un delito de obstrucción a la Justicia. Tal como se pronunció, parecía que ordenaba reabrir el caso del 11-M. No podemos olvidar que notitia criminis es la primera noticia de un hecho delictivo. Si, además, presupone obstrucción a la Justicia, el objetivo de revisión parecía claro.

El perjuicio causado ha sido escandalosamente visible este domingo, en los actos de recuerdo del terrible atentado. Ahí hemos podido ver a las asociaciones de víctimas tristemente divididas, como si llorasen acontecimientos distintos. Hemos visto a Pilar Manjón rodeada de sindicalistas, sin presencia de ningún miembro del gobierno local, autonómico ni nacional. A Ángeles Pedraza, de la AVT, acompañada de las autoridades -entre ellas, el fiscal general- que no estuvieron en el otro homenaje. Era una división dolorosa. Eran esas dos Españas que encontramos en su versión periodística, una presta a denunciar que el caso ha sido mal juzgado, otra respondiendo que todo es un bulo al que sirve el fiscal con su alta autoridad.

Y lo peor, lo que se dijo: esa Pilar Manjón que parecía olvidarse de su hijo con un manifiesto político y su filípica contra la conspiración de los paranoicos; esa Ángeles Pedraza que se suelta certificando que el 11-M está hoy más abierto que nunca? Ambas mujeres merecen mucho más que respeto como madres de asesinados aquel día. Pero este domingo fueron como bidones de gasolina lanzados sobre la memoria colectiva. Si fue un error hacer una manifestación sindical en fecha tan sensible para la ciudadanía, el error se multiplicó por estas palabras, por las asistencias, por las ausencias, por la intromisión de la política en el dolor colectivo. ¡Qué pena de país! ¿Y sabe quién puso la mecha para el incendio, señor fiscal Torres Dulce? Usted, por no calibrar su primer mensaje. Y por eso ayer tuvo que matizar que no quiere reabrir el caso y decir que la sentencia del 11-M es incontestable. Sería injusto acusarlo de dividir a las víctimas, anterior a su nombramiento. Pero la principal exigencia del cargo que ostenta es prever las consecuencias de cada palabra. Y en este caso, más, porque algunos tienen muchas ganas de someterlo todo a revisión.