Los lastres de Rubalcaba

Enrique Clemente Navarro
Enrique Clemente LA MIRADA

OPINIÓN

06 feb 2012 . Actualizado a las 10:45 h.

Situado ante el abismo, el PSOE ha optado por seguir al pie de la letra la máxima ignaciana, en tiempos de tribulación no hacer mudanza. Frente al salto en el vacío que representaba Chacón, ha preferido replegarse y dar el mando a un valor seguro de sobrada experiencia y solidez, al hombre de todas las estaciones del socialismo, que parafraseando a Lampedusa dice que quiere cambiar el PSOE para que siga siendo el PSOE. En definitiva, que en lo fundamental todo siga igual. Pero Rubalcaba parte con muchos lastres. Uno, haber conducido a los socialistas al peor resultado electoral de su historia. Dos, su condición de vicepresidente de Zapatero, que deja una economía arrasada con más de cinco millones de parados y además hizo drásticos recortes sociales. Tres, y como consecuencia de lo anterior, la dificultad de ser creíble al hacer promesas que el Gobierno del que formó parte muy relevante no quiso o no se atrevió a llevar a cabo, como la denuncia de los acuerdos con la Santa Sede o los impuestos a banqueros y grandes fortunas. Cuatro, la ausencia de una autocrítica rigurosa sobre las causas de la debacle electoral. Cinco, representa el pasado, todos los pasados, cuando el partido pide a gritos una renovación. Seis, va a liderar una formación fracturada en dos después de las puñaladas congresuales y con una ejecutiva de fieles, no de integración. Siete, encara una más que probable derrota histórica en Andalucía, donde Griñán está muy tocado por su afán suicida de decantarse por Chacón. Ocho, por no alargar la lista, y quizá el más importante, la carencia de un sólido proyecto económico alternativo al del PP.