La incógnita Chacón

Carlos G. Reigosa
Carlos G. Reigosa QUERIDO MUNDO

OPINIÓN

15 ene 2012 . Actualizado a las 07:03 h.

Y a sé que no me van a hacer caso, porque en el PSOE no están para prestar atención a casi nadie. Pero debieran pensar sobre sí mismos, aunque solo fuese por egoísmo, para entender en qué momento se encuentra el partido. No se trata de buscar una generación más joven que releve a otra mayor al frente del PSOE, como ocurrió con la llegada de Zapatero y su nueva vía. No puede tratarse de esto porque los que llegaron con el dirigente leonés (y ahora tratan descaradamente de heredarlo) siguen siendo jóvenes, sin que exista una generación de relevo. Por lo tanto, es inútil tratar de repetir el juvenil asalto al poder de Zapatero, cuando José Bono contaba con el respaldo de los veteranos y creía tenerlo todo atado y bien atado. Está claro que este no es el caso.

Lo que ahora asoma son unas irrefrenables ambiciones individuales que buscan un disfraz colectivo para presentarse como alternativa. ¿Como alternativa a qué o a quién? La respuesta es tremenda, porque está a la vista que quieren presentarse como alternativa a sí mismos (es decir, a lo que fueron con Zapatero: ministros como Chacón, Caamaño, Pajín, López Aguilar o líderes autonómicos como el castellano-manchego Barreda, sobradamente derrotado). Una posición -la de ellos- harto difícil, por más que se proclamen socialistas de antes de la crisis y que rechacen el sometimiento posterior a la Europa de Merkel y Sarkozy y a los mercados, ¡Como si Zapatero hubiera podido hacer otra cosa sin comportarse como un irresponsable! Vivir para ver y sorprenderse.

Estos anhelosos que creen llegada su hora debieran cuidarse mucho de las cornadas de la realidad, si quieren sobrevivir políticamente. El pueblo no ha castigado a Zapatero por su reacción ante la crisis en sus últimos siete meses, sino por haberla negado antes y luego haber tratado de mitigarla con una actitud social manirrota. Fue esa ceguera la que cavó su tumba política. Lo que vino después fueron unas medidas necesarias adoptadas con valor. ¿A esto presenta una alternativa la renovadora Chacón? ¿No estaba ella -y muy contenta- en el Gobierno que las aprobó? Visto lo visto, está claro que la apuesta más segura contra el inmovilismo en el PSOE es Rubalcaba y no la incógnita Chacón.