Reformas drásticas

Celso Currás
Celso Currás NUESTRA ESCUELA

OPINIÓN

17 oct 2018 . Actualizado a las 10:52 h.

La educación en nuestros países vecinos -Francia, Italia y Portugal- está en pie de guerra. Profesores, alumnos y sindicatos se han echado a la calle en los últimos días en protestas y huelgas mayoritarias. La causa es común a los tres: reformas educativas drásticas que inician los Gobiernos, dos de ellos conservadores y uno socialista. El objetivo final es el mismo: elevar el nivel formativo de la población escolar. No olvidemos que, según el último informe Pisa, los tres Estados están por debajo del promedio de la OCDE en lectura, matemáticas y ciencias, con resultados especialmente negativos para Portugal e Italia. A esta situación se suman otros graves problemas relacionados con la indisciplina, el abandono escolar o los incumplimientos y absentismo del profesorado. Ahora bien, el objetivo próximo, expuesto por los propios ministros, es el de racionalización del gasto público, enmarcado en la actual crisis económica. La ministra italiana compara la educación en este país con un motor averiado al que no tiene sentido echar más gasolina, es decir, dinero. Las nuevas leyes, ya aprobadas, supondrán una gran reducción del número de profesores en todas las etapas educativas. En la universidad llegará al 20%. En primaria se vuelve al maestro único por aula, que solamente será apoyado en inglés y religión. Asimismo, se reduce el número de horas de clase de los alumnos, se reforman los programas, se cierra gran cantidad de pequeñas escuelas o se adoptan medidas contra la indisciplina y el acoso. Con pequeñas diferencias, Francia está siguiendo el mismo camino. En Portugal las protestas se vienen centrando en el nuevo sistema de evaluación de los docentes. Es objetivo del Gobierno incentivar económicamente a los mejores profesores, valorando más los méritos en la enseñanza que los años de servicio. Ha llegado incluso a plantearse la presencia de evaluadores en la propia aula. Las posturas están muy enconadas y hay anunciadas nuevas huelgas para este mes y para enero. Los responsables de la educación en dichos países parecen tener claro que es preferible construir de nuevo la casa que repararla. La pregunta es: ¿cómo se ha llegado a esta situación?, ¿por qué los constantes aumentos presupuestarios de los últimos años no han correlacionado positivamente con los resultados educativos? Porque la constante huida hacia delante no se detuvo: más recursos y servicios de todo tipo, más profesores, más libertad... menos responsabilidad, menos autoridad, menos control... Muy similar a la crisis financiera, pero en el ámbito educativo. ¿Y en España? Los precedentes no son buenos. Las circunstancias son parecidas. «Cuando veas las barbas de tu vecino rapar...».